Nazareno se sentó en la cama y abrió bien grande los ojos. Cuando los Reyes Magos entraron a la habitación, el nene de 3 años se olvidó del suero, de las sondas y de los más de 10 días que lleva internado. Inmediatamente recibió el camión de plástico amarillo y comenzó a hacerlo rodar. La sonrisa no se le borró ni un instante de su rostro. Por una mañana, Nazareno dejó de lado los dolores y el cuarto del Hospital Rawson se transformó en una sala de juegos. En ese mismo momento, unos 50 chicos oncológicos también disfrutaron sus regalos en el primer piso del Hospital. La alegría que se vivió ayer, en la previa del Día de Reyes Magos, fue posible por la actividad que organizó Fundame, la fundación que asiste a chicos oncológicos.

Coloridos, con enormes barbas e imponentes trajes, los Reyes se apostaron primero en la salita de juegos del sector de Oncología Infantil. Allí comenzaron a entregar los primeros regalos que llevaban en sus bolsas. Fue tanta la emoción de los chicos, que no esperaron mucho para abrir sus regalos. Fernando, de 4 años, se puso en medio del sector a jugar con bloques de encastre, mientras que Thiago se alucinó con un juego de la Guerra de las Galaxias. En otro rincón, dos niños no dudaron en hacer carreritas con sus autos nuevos y otro, a jugar a la pelota con una de las médicas del sector. El agasajo también llegó a los hermanitos de los chicos que estaban internados. La mañana fue una revolución. El bullicio y la alegría rompieron con la monotonía del edificio. Primero tímidos, luego más lanzados, los niños estrenaron todos sus regalos.

Luego de la fiesta improvisada en el primer piso, los Reyes Magos subieron más escaleras hasta llegar al sector de internación. Allí, recorrieron las habitaciones para entregar otros obsequios. Las enfermeras del sector aprovecharon la oportunidad para sacar fotos mientras que los papás, por algunos minutos, sintieron el alivio de ver sonreír a sus hijos.

Jeremías Carrizo, de 4 años, está internado desde el domingo pasado y el de ayer fue su mejor día cuando vio entrar a los Reyes. Mientras que a Florencia Aguirre, otra nena que está en el hospital, pudo esbozar una sonrisa cuando recibió una radio con forma de minions, de la mano de Melchor, uno de los reyes.