En diciembre del año 2005 se instaló el primer sistema de riego inteligente de la provincia, en una parcela de casi cinco hectáreas con uva Malbec (para vinificar) en la finca ‘La Chimbera‘ de la empresa Vitícola Cuyo. El ingeniero Carlos Schugurensky fue el mentor y director del proyecto trianual ‘Riego inteligente en suelos agrícolas‘, aprobado y financiado en su momento por la Universidad Nacional de San Juan con $6.000. El dinero aportado por la universidad fue destinado a la realización de los sensores, instrumentos indispensables en el riego (el resto del desarrollo y la instalación en finca fue realizado con otro proyecto de $98.000, un ANR financiado por el FONTAR y la empresa Vitícola Cuyo). Ese mismo año se presentó la solicitud de patente de estos sensores, resultando beneficiarios la UNSJ y el INTA. Gracias a ese primer sistema de riego inteligente, la frecuencia y el tiempo de riego se adaptaron automáticamente a las variaciones del comportamiento de la tierra agrícola, con el objetivo de obtener siempre la humedad deseada. Tenía básicamente 4 componentes: los sensores de humedad; un modelo matemático que simula el comportamiento dinámico temporal del suelo cuando se lo riega; un algoritmo de control de riego, con autosintonía, que utiliza el modelo matemático y un sistema de comunicaciones entre los sensores, la instrumentación de control y los actuadores (las válvulas de riego). En el año 2007, el sistema de riego inteligente recibió el premio Innovar en la categoría Innovaciones para el Agro, sobre un total de 1.650 proyectos de todo el país que se presentaron a la convocatoria de ese año.
