“Los mejores médicos están en Buenos Aires, así que voy a hacer lo posible por quedarme y ver si pueden venir mis otros hijos, y si quiere también mi esposo, porque él tiene mucha familia en San Juan”, relató María Angélica a este diario Hasta ahora, la madre de Juan tuvo dos ofrecimientos de vivienda: uno, de funcionarios bonaerenses que le dijeron que harían averiguaciones y volverían esta semana al Garrahan para contarle si hay novedades, y otro de una abogada porteña que vive con su hijo en una gran casona cerca del hospital, donde el pequeño y María podrían tener su propia habitación, aunque deberían compartir con esa familia la cocina y el baño. Pero esta segunda opción ya casi quedó desestimada porque Juancito deberá estar lo más aislado posible cuando le den el alta, para que se recupere adecuadamente y se minimicen los inconvenientes que puedan surgir. Consultado por este medio sobre la posibilidad de que la provincia gestionara una casa para María Angélica, el ministro de Desarrollo Humano y Promoción Social, Daniel Molina, dijo que “ya hemos tenido experiencias similares, en las que los niños debieron prolongar su estadía en Buenos Aires y por supuesto, si esto es importante para su evolución, y si los informes médicos y de asistencia social del Garrahan así lo solicitan, lo vamos a volver a hacer con mucho gusto, con nuestras condiciones, seguimientos y controles respectivos” El funcionario aclaró que desde su ministerio ya evaluaron la posibilidad de construir una habitación especial para Juancito, en el caso de que volviera a San Juan, pero que si los planes son otros, habrá que evaluarlos. Por su parte, Miguel Antonio Brizuela, padre del niño trasplantado manifestó rotundamente a este medio: “mi familia son María Angélica, Juan (11), Melisa (10), Elio (8) y Eliseo (6), y si me tengo que ir para allá me iré nomás con los otros tres niños”.