La gente pasó de la risa al llanto, según la escena que le tocó vivir. Sin embargo, el sentimiento que estuvo a flor de piel fue la sorpresa. En un comienzo permaneció tranquilo, pero a la mitad de la obra, el clima comenzó a calentarse. Sobre todo después de la escena de las madres de los caídos en Malvinas.