El sanjuanino, ídolo de los verdinegros, fue el jugador que más se destacó. El partido no tuvo figuras, fue un clásico que en la previa hacía imaginar si los jugadores lo vivían como tal o no. En los primeros minutos fue el momento donde mejor fútbol se observó. En líneas generales, Emmanuel Mas fue el que más se lució. Surgió en las canteras de San Martín, por eso en la semana le contó a DIARIO DE CUYO que los clásicos se juegan por la camiseta y así lo demostró. El lateral izquierdo de San Martín mostró la garra que lo caracteriza defendiendo. En el primer tiempo con sus subidas, asustó. La vez que tuvo la pelota, probó al arco. Y aunque sus tiros se fueron desviados, recibió el aplauso y la ovación de la hinchada verdinegra. Así, el único sanjuanino en el equipo de Garnero demostró las ganas de hacer un gol frente a su clásico rival. Pero en el segundo tiempo se quedó y jugó a lo que más sabe. Emma, fue un relojito en su área, sacando todo siempre limpio y sin falta. Ya sobre el final, y con el triunfo consumado, saludó a los jugadores rivales. Su fuerte abrazo con el “Coneja” Omar Díaz (el único sanjuanino titular en Sportivo) demostró que se puede jugar un clásico sin incidentes dentro de la cancha.
