Valeria Artés siempre fue una mujer apasionada por el deporte, al igual que el resto de su familia, aunque nunca imaginó que su hobby principal podría incrementarse por completo luego de un viaje ni tampoco que sería su trabajo en el futuro. Durante un paseo por Salta en el 2011, a Valeria le llamaron la atención las máquinas para hacer gimnasia al aire libre que observó en distintas plazas y tomó ideas que luego trajo de regreso a San Juan. Se las comentó a su marido, Hugo Cortínez, e inmediatamente se pusieron manos a la obra, aunque faltaba un detalle clave para poder concretar la iniciativa: el dinero. Entonces decidieron realizar un proyecto para encarar un taller de construcción de dichas máquinas y lo presentaron en el Gobierno provincial. Luego de un tiempo, se convirtieron en unos de los tantos beneficiados con el programa Capital Semilla, recibieron la ayuda y comenzaron con el emprendimiento. Con el envión económico y la experiencia en herrería de Hugo, la pareja pudo adquirir una soldadora, un taladro de banco, una sensitiva, una dobladora de caño, una trozadora, un tubo para soldar, un compresor y materiales. Todo como para arrancar. Una vez consolidado el emprendimiento y con todo listo, Valeria y Hugo hicieron contactos con el municipio rawsino para construirle los aparatos, pero llegaron tarde porque la comuna ya tenía encargadas las máquinas para comenzar a colocarlas en diferentes lugares. Igual, el principal objetivo de ser proveedores del Estado no se diluyó y sigue en pie, ya que les dijeron que iban a ser tenidos en cuenta. Actualmente se dedican a realizar trabajos por pedidos, ya sean aparatos para que personas mayores practiquen ejercicios al aire libre, como caminadores elípticos; o juegos infantiles, máquinas para gimnasios (bancos, multigimnasios) y hasta rejas para ventanas o puertas para casas. El trabajo de cada pieza consiste en un proceso al que hay de dedicarle mucho tiempo. Primero hay que realizar el diseño, luego llevar las medidas a la realidad, cortar los caños para después ensamblarlos y soldarlos, y por último darle una terminación con pinturas especiales para darle más durabilidad, ya que el aparato permanecerá al aire libre. Además, Valeria y Hugo tratan de innovar en cuanto a las formas, creando terminaciones para que la práctica de alguna persona sea más placentera y también materiales como rodamientos para que las máquinas tengan un mejor funcionamiento. Sin dudas que a esta pareja le cambió la vida haber recibido el beneficio y se animó al cambio, emprendiendo un proyecto original que nació de un viaje y les modificó la vida por completo.
El taller que nació en un viaje
Se dedica a confeccionar maquinaria para realizar actividad física al aire libre.

