Luego de romper dos motores en 4 días, Ontiveros afrontó desde la sexta etapa la competencia con el impulsor que usa en la moto de entrenamiento. “Podía romperse como los otros. A esa altura me sentía librado al destino. Pero la verdad es que anduvo muy bien. Por las caídas que tuve cuando me remolcó Bustamante, también debimos cambiar el escape y no tuve problemas”, resumió Puchi.
Sobre si era cuidadoso al extremo con el tercer motor, el sanjuanino afirmó: “No lo maltraté pero no me privé de acelerar. Solamente cuidaba la temperatura del motor. En la etapa de Fiambalá, a pesar que anduve tan bien, paré tres veces para enfriar el motor. Veía un médano y paraba arriba. Un poco de agua y el mismo viento bajaban la temperatura. Igual estuve mezclado con muchos de vanguardia, como Casteu, Pain y Saiz. Y también con los hermanos Patronelli”.