�Sergio Díaz (29) es tío de Ismael y confesó que no puede borrar de su mente la dramática escena de su sobrino ingresando a la casa, ensangrentado y sin uno de sus brazos. Sin haber podido dormir y conmocionado por el hecho, relató como sucedió el accidente. Sus maniobras instintivas para conservar en hielo el brazo amputado (pocos centímetros abajo del hombro) fueron claves para que los especialistas decidieran trasladarlo a Buenos Aires.
El domingo, la familia estaba comiendo asado, pero como a Ismael no le gusta la carne le estaban por servir un plato de sopa. Noemí, la madre, de paso estaba lavando ropa, en un improvisado lavadero bajo el alero de la casa, a unos pasos de la puerta principal.
‘En eso, la mamá del Ima lo mandó a dejar en la mesa de afuera un zapato de la otra niña, Ana Paula, que se lo había ensuciado con barro. Quería que se secara para poder ir al Parque a festejar la Primavera. En eso sentimos un ruido y ahí nomás lo vimos entrar a Ismael, lleno de sangre. No gritaba, no lloraba, no decía nada. Fue desesperante, todos empezamos a gritar’, relató el hombre (en la imagen, junto al secarropas, tapado con un fuentón).
‘Yo agarré una toalla y se la puse en la herida, apretándola muy fuerte. Noemí quería llamar una ambulancia, pero decidimos salir corriendo a la ruta. Mientras ellos iban saliendo, yo me volví y saqué el brazo de adentro del secarropas. Lo llevé a la mesa, lo puse en otra toalla, lo llené de hielo y salí corriendo’, agregó.
De la casa a la ruta hay pocos metros y el primer automovilista al que pidieron auxilio se detuvo, pero dijo que sólo los podía acercar hasta la Comisaría 11ma. Allí los recibieron unos policías, que se pusieron en contacto con el hospital. Mientras, para ganar tiempo, subieron a la criatura a un patrullero y a la altura del aeropuerto, por ruta 20, hicieron el traspaso del paciente a una ambulancia. Luego Ismael fue trasladado en vuelo sanitario.
El tío sacó la extremidad del aparato y la colocó en hielo

