A no más de 2.000 metros de la última casa del pueblo pasa la línea imaginaria que marca el límite entre San Juan y La Rioja. Y en el fronterizo Baldecitos, de Valle Fértil, se levanta la capilla de San José, el último templo del Este de la provincia.
Según Dante Herrera, bisnieto de Benedicto, uno de los promotores de la capilla, fue en 1922 que llegó la imagen de San José a Salinas de Mascasín, a unos 30 kilómetros de Marayes. Desde allí llegó a San Agustín de Valle Fértil en carro y como para Baldecitos no había camino, Benedicto y un grupo de vecinos trajeron en andas a San José, en una travesía de casi 60 kilómetros.
Fue recién el 19 de marzo de 1925 que inauguraron el templo, tras un arduo trabajo vecinal en el que hasta los niños daban una mano. Y es que la capilla tiene paredes de piedra revocadas con barro rojizo, por el color de la tierra de la zona. "Mi abuelo me contaba que para ayudar a su padre, él y los demás niños juntaban las piedras y las metían en "chiguas", unas alforjas que ponían en el lomo de los burros, y las llevaban hasta la obra. Así, con esas piedras, hicieron las paredes, que tienen como tres metros de alto y un metro de ancho", contaron Dante Herrera y Alba Ontiveros, descendientes de los promotores de la capilla.
El templo consta de un solo cuerpo, con techo a dos aguas hecho de palos y caños. En el exterior se levanta un campanario, con tres viejas campanas, y una sacristía de adobe. Tiene un altar escalonado y la imagen de San José está embutida en la pared, con unos marcos pintados de color marrón.
Baldecitos está a casi 60 kilómetros de San Agustín de Valle Fértil y sus distritos más cercanos son riojanos, como La Salina o La Torre. Es un pueblo pequeño, en el que viven menos de 50 personas.

