La historia de esta abogada y política argentina está íntimamente ligada a San Juan a pesar de haber nacido en La Rioja en 1904. Fue la primer mujer presidenta del Colegio de Abogados de San Juan. Se distinguió por la defensa de los derechos de la mujer, llegó a ser diputada por la tercera sección en San Juan en 1934, y por lo tanto la primera mujer del país que ocupó una banca parlamentaria. También fue funcionaria del gobierno de Aldo Cantoni.
En 1927 San Juan se transformaría en la primera provincia en consagrar el voto femenino. Recién 25 años más tarde la mujer alcanzaría ese derecho en todo el país.
Emar Acosta no tenía militancia partidaria pero sí integraba la Asociación de Cultura Cívica de la Mujer Sanjuanina, desde donde luchaba en procura de reconocimientos que hoy resultan absolutamente lógicos pero que en aquellos años parecían una utopía.
Finalizada su labor legislativa, se dedicó a la abogacía, especialmente en causas relacionadas con la minoridad y la familia, y a la docencia, desempeñándose por más de veinticinco años como profesora en el Colegio Nacional Monseñor Pablo Cabrera y en el Liceo de Señoritas. Falleció en 1965.