La postal impacta desde la ruta. Una mujer carga ripio en una carretilla. Otra empareja el cemento del piso como si toda su vida se hubiese dedicado a la albañilería. La más joven del grupo, casi a punto de dar a luz, les ceba un mate para calentar el cuerpo. Ni bien empieza a aclarar el día, una veintena de mujeres cauceteras empieza a trabajar para dejar a punto las plataformas donde colocarán las casas de emergencia. Y aunque el trabajo es duro y generalmente lo hacen los hombres, a ellas no se les borra la sonrisa del rostro. Es porque están a punto de ver hecho realidad un sueño: tener un techo propio después de vivir en carpas desde el 2006 porque una inundación las dejó en la calle.

Emprendedoras, alegres, conversadoras. Se interrumpen unas a otras queriendo contar su historia. Una historia negra que comenzó un 3 de diciembre cuando se desbordó un canal de riego y el agua arrasó con sus casas de cañas y barro. Para no olvidar lo que les pasó, el nombre del barrio que estrenarán el próximo 27 de agosto, será esa fecha. Estas mujeres forman parte de once familias que fueron evacuadas en el 2006. Desde entonces viven en carpas y bajo palos y nailons.

Resistieron varios temporales y hasta soportaron la nevada de hace dos años sin tener un techo. De un día para el otro lo perdieron todo. "El agua nos llegó a la rodilla. Desde la heladera hasta el lavarropa dejó de funcionar. Después ni siquiera pensamos en comprar cosas nuevas, porque estábamos en unas carpas sin saber cuándo íbamos a tener casa", dijo Luisa Gómez. Mientras los hombres se dedican a la cosecha y a la poda, estas mujeres tuvieron que aprender a vivir sin un techo. Y es por eso que cuando desde el municipio de Caucete les dijeron que iban a mandar dos albañiles para hacer las plataformas, ellas, ni lerdas ni perezosas, tomaron las riendas de la obra para terminarla más rápido. Aunque aseguran que Roberto y Andrés, los obreros municipales, les enseñaron rápidamente el abecé del cemento y el ripio.

Al barrio lo están levantando al costado de la ruta que va de Caucete a 25 de Mayo. A unos metros de donde la gente vivía antes de la inundación. Se trata de las viviendas del Plan Emergencia Climática que lanzó el Gobierno para asistir a los damnificados por las lluvias e inundaciones.

Las cauceteras empezaron a trabajar hace una semana. Aprovecharon que los chicos estaban de vacaciones y hasta el más pequeño se puso a ayudar en la obra. Para resistir el frío no les falta el mate. Incluso, cuando deciden trabajar de corrido hacen la comida entre todas. "No me importa pasarme todo el día trabajando. Ya no veo la hora de ver mi casa y pensar que podré hacer un jardín", dice Miriam Ochoa. Si bien no se trata de mansiones, a estas familias, que no tienen un techo desde hace 3 años, las cuatro paredes de material prefabricado les cambiarán la vida. Ellas lo saben y eso fue lo que las llevó a no dudar a la hora de tomar una pala y construir las plataformas para las casas.