Los 25 mm de lluvia acumulada que registró el pluviómetro del Servicio Meteorológico Nacional con asiento en Las Chacritas, del 20 de diciembre al 4 de enero pasado, pintan el panorama del verano: la cifra en esos 15 días es más del doble que los 11,4 mm acumulados durante todo el verano de 2010. Y si de cifras se trata, el último mes de 2010, con un acumulado de 23,5 mm, superó al diciembre más lluvioso de los últimos 9 años, que marcó para el año 2002 un registro de 35,6 mm. En ese lapso, se dieron algunas situaciones bastante disímiles: después de aquel lluvioso fin de año de 2002, los siguientes diciembres de 2003 y 2004 fueron totalmente secos, sin que se registrara ni una sola lluvia; en 2005 cayeron 22 mm, en 2006 fueron 6,8 mm, en 2007 el registro fue de 20,8 mm, para 2008 el pluviómetro marcó 11,3 mm y en diciembre de 2009, se registraron 6 mm de lluvia caída.

Germán Poblete, especialista en Climatología, afirmó que según estos datos, es allí donde hay que buscar la causa de todos los inconvenientes que causó la lluvia en la provincia. "El dato más significativo que se dio en diciembre fue la cantidad de agua caída en pocos días: al no tener tiempo el suelo de recuperarse entre una lluvia y otra, se produce el anegamiento con las consecuencias que ya se conoce para las viviendas precarias", puntualizó.

­El especialista señaló que las precipitaciones que se produjeron durante el mes de diciembre y primeros días de enero, excepto la del martes, tienen todas las características de lluvias típicas del clima local: "No son mantiformes, sino aisladas. Por esa razón, no precipita la misma cantidad en los distintos departamentos. Son lluvias convectivas, inducidas por un sistema de altura que las incentiva, sumado a la existencia de vapor de agua".

Poblete diferenció la lluvia del martes por la tarde-noche, a la que describió como frontal. "En la madrugada del martes ingresó un frente frío, bastante parecido al que llegó el 12 de diciembre, luego de aquel Zonda que elevó la temperatura a más de 40 grados. Este frente frío produjo un cambio de masa, desplazando a la masa de aire tropical por una de aire frío. Esto provocó la lluvia de ayer y la baja de temperatura que siguió", dijo.

Según estas condiciones, ahora el tiempo podría ser más estable. "Hay que ver si la atmósfera se reacondiciona, pero no hay que descartar que puedan producirse nuevas lluvias, siempre en forma aislada". También señaló que la causa de que las lluvias de verano sean tan dispersas, afectando siempre a diferentes zonas, está dada por la presencia de distintas condiciones de presión. "Tenemos aire caliente y húmedo en superficie y determinadas condiciones en la atmósfera media, en la forma de perturbaciones de baja presión que succionan aire caliente generando tormentas. Y como no succionan el aire igual en todos lados, las lluvias son aisladas", concluyó Poblete.