Según datos oficiales, antes de 2008, año en que comenzaron las refacciones del Hogar de Ancianos (hoy llamado Residencia del Adulto Mayor), morían unos 84 ancianos al año y ahora mueren 2 al año en promedio. Actualmente, el lugar tiene su capacidad de alojamiento completa con 150 ancianos.
Con estos números, las autoridades del lugar dijeron que las mejoras edilicias y de asistencia que se dieron paulatinamente mejoraron la calidad de vida de los abuelos y disminuyeron la mortalidad.
Hace 7 años se puso fin al hacinamiento de los ancianos y se comenzó a darle prioridad a su recreación, dos medidas que intervinieron en la mejora de su calidad de vida.
Los pabellones donde dormían sin ninguna privacidad ni comodidad fueron reemplazados por habitaciones dobles y se construyeron dos salas de estar, una para varones y una para mujeres, para que los abuelos pudieran ver televisión, leer o divertirse con los juegos de mesa. También se fueron realizando los primeros paseos en grupo fuera de la institución.
"Con estas primeras medidas los abuelos empezaron a recuperar la alegría y las ganas de vivir. Antes, al verse en un lugar sin ninguna comodidad y sentirse abandonados por sus seres queridos, estaban propensos a la depresión y a no tener ganas de seguir con vida", dijo Nilda Agüero, directora del hogar estatal.

