Junio de 2005
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Los cortistas (en la foto, de izq. a der. Adolfo Caballero, Abel Soria, Juan Carlos Caballero Vidal, Carlos Balaguer y Humberto Medina Palá) quedaron en la mira en junio de 2005, cuando una aspirante a ingresar al Poder Judicial dijo que le habían dado de antemano las preguntas del examen escrito para verse favorecida. El dato causó uno de los mayores escándalos que se recuerden en el Poder Judicial y tiñó de sospechas el concurso que había lanzado el mismo tribunal, que finalmente optó por declararlo desierto para no seguir alimentando la polémica.
El revuelo fue tan fuerte, que entraron a la Cámara de Diputados dos pedidos de juicio político contra los cortistas por la supuesta inacción frente a las severas irregularidades que se detectaron en el concurso. Pero los legisladores entendieron que no había mérito para destituirlos y rechazaron los planteos que habían ingresado, uno del radical Mario Capello y otro del exdiputado bloquista Héctor Valenzuela.
Octubre de 2009
�Sin hacer ninguna convocatoria a interesados, la Corte de Justicia designó directamente a 39 personas para el escalafón administrativo. No sólo que no rindieron concurso, como lo exige la Constitución y el reglamento interno que elaboraron los mismos cortistas, sino que se supo que casi todos eran familiares y amigos de jueces, fiscales y funcionarios judiciales. De inmediato, desde el máximo tribunal salieron a aclarar que se trataba de nombramientos interinos y que por eso no hacía falta que los ingresantes se sometieran al régimen de los concursos. Inclusive, prometieron que no iban a ingresar a planta permanente sin concurso.
La historia siguiente borró todo lo que dijeron. La Corte organizó un sencillo curso para los que habían designado y condicionaron el ingreso a que lo aprobaran. Y fue así que todos pasaron a formar parte de la plantilla de personal efectivo.
El nuevo escándalo generó tensiones con el Foro de Abogados y hasta con la Iglesia.
Diciembre de 2011
�Se conoció una acordada de la Corte de Justicia, en la que se designaban 25 personas en el escalafón de maestranza. Fueron nombrados sin concurso, porque el reglamento interno dice que no hace falta. Sin embargo, en virtud de lo que había pasado en años anteriores despertó suspicacias. A los que ingresaron no se los veía cumpliendo tareas de ordenanza y luego se comprobó que estaban dedicados a cuestiones administrativas detrás de los escritorios. De ahí, que otra vez hubo polémica y el foco volvieron a ser los ministros del máximo tribunal de la provincia.
En 2010 habían ingresado 4 personas más como maestranza. El por entonces presidente de la Corte, Abel Soria Vega, reconoció que algunos ordenanzas nombrados con anterioridad pasaron al escalafón administrativo a través de un curso que hizo la Escuela de Capacitación Judicial. Y aseguró que es un mecanismo contemplado dentro de las normas internas del Poder Judicial.