Como todas las mañanas, Matías Sotomayor, de 18 años, llegó a la Escuela de Enología para cursar el taller. Con sus compañeros comenzó su tarea en la bodega. Pero tropezó con un cable y, para no caer de cabeza, se sujetó apoyando la mano derecha sobre una máquina que tiene una polea dentada y que, a pesar de que no la estaban usando, estaba descubierta. Como consecuencia se lastimó dos dedos y aún no saben si recuperará la movilidad y la sensibilidad en ellos. Ahora, su madre pide que se tomen medidas de seguridad en los talleres para que no vuelva a ocurrir un accidente. Por su parte, el director de la escuela, Oscar Oviedo, admitió que hay fallas y dijo que están trabajando para mejorar las condiciones de la escuela.
El accidente ocurrió hace 11 días, alrededor de las 9. Después de haberse lastimado, el joven fue trasladado al Hospital Rawson donde, según la mamá del chico, Patricia Ocampo, tuvieron que operarle el dedo índice y pegarle la yema del dedo medio.
“Ahora, además, descubrieron que tiene el dedo índice quebrado. Así que tiene que tener la mano inmovilizada durante 30 días. Después de ese tiempo sabremos si se salvó su tendón y va a recobrar la movilidad”, contó Ocampo.
Según la madre, el seguro que el Estado paga para los chicos que asisten a las escuelas públicas se está haciendo cargo del pago de todos los tratamientos de su hijo. Pero lo que busca la mujer es que se mejoren las condiciones en el interior de la escuela, para que haya más seguridad para los alumnos. “Yo no quiero que a otro chico le pase lo que le pasó a mi hijo, porque la consecuencia del accidente podría haber sido mucho peor. Me parece que, por ejemplo, las máquinas peligrosas que no se están usando deberían estar tapadas. Y los cables no deberían estar sueltos y cruzando por el suelo”, dijo la mujer y agregó que Matías sigue yendo a la escuela, aunque no puede escribir, porque es diestro.
Por su parte, el director del establecimiento, Oscar Oviedo comentó que “sabemos que faltan algunas cosas en los talleres. El problema principal es que las máquinas son muy viejas. Por este motivo muchas están rotas y otras directamente nunca contaron con elementos de seguridad, que ahora son necesarios”. Y agregó que “desde hace tiempo estamos recorriendo los talleres y principalmente la bodega y la fábrica de la escuela para analizar qué cosas hacen falta. A algunas de ellas las hacemos o las reparamos en la escuela con la ayuda de los alumnos y los profesores, otras tendremos que comprarlas. Lo que pasa es que todo depende también del prepuesto que tengamos, porque esta es una escuela estatal y a veces no alcanzan los fondos”.
OTROS PEDIDOS
Durante los últimos días de abril pasado, los alumnos de esta escuela se quejaron por las malas condiciones de la escuela. Entre otras cosas contaron que los pasillos y jardines estaban sucios, que no tienen espacio para hacer educación física, que no tienen comedor y que la instalación eléctrica del edificio era deficiente. Después del reclamo, que realizaron sin faltar a clases, lograron que desde el Ministerio de Educación se comprometieran a dar soluciones y que comenzaran a reparar la instalación eléctrica. Además, las autoridades de la escuela dijeron que pedirían formalmente al Ministerio lo que hiciera falta.

