Según consta en el expediente, el espía Ciro James gestionó el 2 de mayo del 2008 en un juzgado de Posadas las escuchas a Leonardo, que la SIDE concretó el 23 de mayo, siete días antes de firmar su contrato con el ministerio de educación porteño para realizar tareas de “asesoramiento legal” de las que no hay constancias.

Ayer el procurador general de la Ciudad de Buenos Aires, Pablo Tonelli, afirmó en la Justicia que James podría haber sido infiltrado en la comuna por la Policía Federal, abonando así la teoría macrista de un supuesto complot ejecutado por la administración nacional. James espió a jueces de Misiones, a Sergio Burstein, familiar de víctimas de la AMIA y hasta al empresario Carlos Avila.