"Cuando escuché los latidos del corazón de mi bebé decidí no abortarlo"   

 

Ya pasaron 7 meses de su nacimiento, pero ella aún se queda un rato mirándolo mientras duerme. No sólo lo hace para asegurarse de que respira, sino también para repetirse una y otra vez que valió la pena apostar a la vida. Janet tiene 22 años y estuvo a punto de abortar a su cuarto hijo por temor a no poder mantenerlo dado a la mala situación económica por la que atraviesa. Pero se arrepintió y decidió tenerlo. Dijo que cuando sintió los latidos del corazón de su bebé se convenció de no abortarlo. Hoy, aun cuando la pobreza es moneda corriente en su vida, aseguró que no se arrepiente de haber cambiado de decisión.

La noticia sobre un nuevo embarazo no le provocó felicidad a Janet, sino más bien preocupación. Su pareja se había quedado sin trabajo y la poca plata que conseguía haciendo changas apenas les alcanzaba para comprar algo de comida y pagar la pensión donde viven junto a sus hijos de 4, 3 y 1,5 años. Por eso pensó que tener otro hijo iba a ser perjudicial para todos. "Mis hijos son chicos y tienen muy poca diferencia de edad, entonces me es imposible salir a trabajar y dependemos de lo que gana mi pareja haciendo changas. Por eso pensé que tener otro hijo sería malo hasta para él mismo. No quería traer otro bebé al mundo para que pasara necesidades. Por eso decidí abortar. Pero cuando escuché los latidos del corazón de mi bebé decidí no abortarlo", dijo Janet.

Luego del nacimiento de su tercer hijo, esta joven se hizo colocar un DIU para no volver a embarazarse. Pero el dispositivo falló. "Yo era consciente de que tener otro hijo iba a complicar más nuestra mala situación económica, por eso decidí no tener más. Cuando me enteré que estaba nuevamente embarazada hablé con mi pareja y los dos estuvimos de acuerdo en que la mejor solución era el aborto. Pero también fuimos los dos los que decidimos cambiar de opinión", dijo.

Tras decidir abortar, Janet comenzó a buscar las alternativas para interrumpir su embarazo. Dijo que descartó acudir a un médico porque sabía que esta práctica era ilegal y que no le iba a ser sencillo encontrar un profesional dispuesto a realizar este procedimiento. Y si lo encontraba, no tendría la plata para pagar por su servicio. Por eso optó por un método que, al parecer, resultaba más económico y de fácil acceso. Nunca imaginó que lo que encontraría sería "un enviado de Dios" para hacerla desistir. "Busqué en Internet sobre pastillas abortivas y en un sitio salía un número de teléfono de un grupo que supuestamente las conseguía. Me contacté con unas personas de ese grupo que en realidad ayudan a las mujeres para que no aborten. Me llevaron a hacer una ecografía supuestamente para corroborar la posición del bebé para poder colocarme las pastillas. En realidad lo hicieron para que me arrepintiera de abortar al escuchar al bebé. Lo lograron. Cuando sentí los latidos del corazón de mi bebé, decidí no abortarlo y mi pareja estuvo totalmente de acuerdo", dijo Janet.

Hace 7 meses nació el cuarto hijo de esta pareja. Tras estar una semana en Terapia Intensiva por nacer prematuramente, el bebé recibió el alta y fue trasladado hasta la pensión donde toda su familia comparte la misma habitación. "Hay días que con mi pareja no comemos para guardarles algo de comida a los niños. Pero eso no nos importa. Nos olvidamos de todas las angustias cuando nuestro bebé nos sonríe o nos llena de baba con sus besos. No imagino cómo hubieran sido nuestras vidas si lo hubiéramos abortado", dijo la joven.

"Aborté y fue horrible, pero creo que debemos tener derecho a elegir"   

Maite actualmente tiene 50 años y hace 33 tuvo que tomar una de las decisiones más difíciles de su vida: convertirse o no en madre. Es que a los 17 años quedó embarazada y no se sentía lista para cumplir ese rol. "Era chica, tenía un novio formal y a pesar de cuidarme quedé embarazada. No fue una situación fácil y esto lo digo para contrarrestar lo que muchos opinan. Aborté y fue horrible, pero creo que debemos tener derecho a elegir. No somos seres sin corazón", dijo la mujer que con el paso del tiempo rehizo su vida. Actualmente tiene 3 hijos y ya es abuela.

"Yo creo que cada mujer puede decidir en qué etapa de la vida quiere o no ser madre. Una cosa es ser mamá a los 17 y otra diferente a los 30. La que puede pagar lo hace tranquila y la que no, sufre y se quiere morir porque no sabe qué hacer o a dónde acudir. Aunque hacerse un aborto no es algo placentero, yo tuve la posibilidad de pensarlo, hablarlo y hacerlo de una manera segura", dijo Maite al empezar la charla en la que contó por qué se hizo un aborto y por qué hoy está a favor de la ley que lo despenaliza. Actualmente está convencida de que no hay mujeres que quieran abortar porque sí. Dice que su historia es similar a la de muchas otras y asegura que tener que decidir si interrumpir el embarazo o no es muy duro. La mujer, que actualmente trabaja y lleva una vida que la hace feliz, comentó que pensó mucho antes de decidir interrumpir el embarazo. "Fue una decisión que tomamos con mi novio y con mi familia. En ese momento estaba aterrorizada. Recurrí a los que tenía al lado, que sabía que no me iban a correr de casa. Acudí a mi familia, porque no fue un embarazo planeado. Le comenté a mi mamá y ella me acompañó a hacerme los análisis del embarazo. Hablamos con mis papás y creo que los papás de él -por el exnovio- nunca se enteraron de esa situación. Tomé la decisión de no tenerlo, sacamos un turno y fui. Fueron unas semanas de m... Uno no es un robot que va y viene como si nada le importara. No es como ir a sacarse una muela. Pensaba que no tenía trabajo, que estaba estudiando y que no sabía qué iba a hacer de mi vida", dijo al recordar cómo fueron los días posteriores a enterarse que estaba embarazada.

Sobre el postaborto, comentó que tampoco fue fácil y que sufrió mucho. "El después es duro. Se trata de un duelo. Sobre todo cuando uno tiene 17 años y no tiene tantas convicciones como cuando uno es adulto. A mí me contuvo mucho mi familia y eso fue fundamental. Fue un tiempo muy triste, no son momentos gratos. Con el paso del tiempo uno entiende las cosas de manera diferente. No soy descorazonada", comentó y dijo que a pesar de todo nunca se arrepintió de la decisión que tomó en ese momento. De hecho dijo que cuando sus hijos fueron mayores ella misma les contó su historia.

En medio del debate nacional Maite aseguró que tiene la conciencia tranquila, y que a pesar de que siente que la ley no será aprobada aseguró que es necesaria. "Yo estoy convencida de que no soy una asesina. Hay muchas opiniones y todas son respetables. Creo, porque me lo explicaron muchos médicos, que si yo interrumpo el embarazo antes de los tres meses no se comete ningún asesinato. Además, pienso que ninguna de las dos partes -a favor o en contra de la ley- puede considerar que tiene la verdad absoluta. Es por esto que pienso que las mujeres deben tener el derecho a elegir. Pedimos educación sexual para decidir, anticonceptivos para no abortar y aborto legal para no morir", concluyó.

En medio del histórico tratamiento de la legalización del aborto, dos mujeres sanjuaninas relataron sus historias contrapuestas. Janet, de 22 años, contó que estuvo a punto de abortar a su bebé por una cuestión económica, pero que se arrepintió y decidió tenerlo. Dijo que su postura es estar a favor de la vida. Mientras que desde la otra vereda, Maite, que actualmente tiene 50 años, relató cómo fue difícil tomar la decisión de abortar a los 17 años y por qué ahora apoya la despenalización.

>> Un doble pedido 

El pasado 4 de junio se realizó en la provincia la marcha "Ni una menos", en contra de la violencia de género y del femicidio. Durante esta manifestación, los cientos de participantes también se mostraron a favor de la legalización del aborto. En este evento, que recorrió las calles del microcentro sanjuanino, participaron agrupaciones de izquierda, feministas y sindicatos locales.

>> Caravana provida

El pasado 9 de junio también se realizó una manifestación en contra de la legalización del aborto. Se trató de una caravana provida en la que participaron cientos de sanjuaninos. Durante el desarrollo de esta actividad, que tuvo el lema "Salvemos las dos vidas", los participantes lucieron pañuelos azules, tocaron bocina, soltaron globos celestes y blancos y agitaron banderas albicelestes.