El hallazgo de un esqueleto aparentemente completo de una persona en Calingasta está provocando tanto revuelo, que esta semana irá un equipo del Museo Gambier a ver de qué se trata. Por ahora, lo que se sabe es que son los restos óseos de una persona que está en posición fetal, que eso fue hallado por una nena de 8 años que se horrorizó en cuanto lo vio, que está en un pozo en pleno descampado y que la Policía ya recibió la denuncia del descubrimiento para custodiarlo, así nadie se roba ni daña el esqueleto.
Al mismo tiempo, abundan los interrogantes. Por ejemplo, si es un joven o un adulto, y si falleció hace pocos años o si son los restos de un aborigen. Esta segunda hipótesis no es descartada desde la Dirección de Patrimonio Cultural de la provincia. Es que hay algunos datos que pueden resultar reveladores: la fosa en la que están los huesos tiene dos agujeros laterales, donde podría haber restos de alfarería o de otro ritual mortuorio de las culturas originarias. Todo esto es lo que deberá develar el análisis que haga la gente del museo, comandado por la investigadora Teresa Micheli, que tiene una vasta trayectoria en ese área. Y según los datos que se obtenga, se podrá hacer un aporte al estudio de los primeros habitantes de esa zona, o se estará ante un caso policial de alto voltaje.
Según trascendió de fuentes vinculadas al hallazgo, una familia se encontraba paseando por el camino viejo de Villa Corral, al norte de Calingasta, durante el feriado del Viernes Santo pasado. Los niños jugaban cerca de la ruta, cuando la nena se metió en un pozo de alrededor de medio metro de profundidad y, a los gritos y espantada, llamó a su padre para que viera lo que había allí: el contorno de un cuerpo humano tapado por la tierra, con parte de los huesos de las piernas y de las rodillas al aire, y también con una parte del cráneo bastante visible.
Incluso otro hallazgo había dejado a los chicos sin aliento. A muy pocos centímetros había otro esqueleto, pero de un animal mediano, con restos de piel aún pegados.
La gente que dio con eso de inmediato puso al tanto de la situación a las autoridades municipales de Calingasta, quienes a su vez lo informaron en la Comisaría 16ta y en Patrimonio Cultural. De este modo, se decidió vallar y cuidar el descubrimiento, para que no sea saqueado y pueda conservarse lo más íntegro posible hasta que lleguen los especialistas del museo, que pertenece a la UNSJ.
El esqueleto fue encontrado en un camino viejo pero totalmente transitable, cercano al acceso a la mina de oro Casposo y paralelo a la ruta que conecta el departamento con Iglesia. Y algo que ya está generando comentarios entre quienes están al tanto del hallazgo es la cercanía del pozo donde están los restos, con el viejo cementerio de Villa Corral, aún en funcionamiento.

