San Juan.- Camina acompañada de un bastón, tiene las uñas bien pintadas y el pelo con un impecable castaño oscuro. Toma sólo una pastilla para controlar la presión y dejó de usar los lentes porque “se le caen”. Le gusta conversar y recuerda en detalle cosas que sucedieron hace más de 80 años. Así es Enemencia del Carmen González, una abuela sanjuanina que esta semana cumplió 106 años.

La mujer dice no tener secretos para no tener problemas de salud y cuenta entre risas que su mamá falleció con 116 años, como advirtiendo el tiempo que todavía le quedan por delante. La comida no es algo a lo que Enemencia atribuya su buen estado, reconoce que no le gusta el pollo y prefiere las costeletas con ensalada de zanahoria.

No duda al afirmar que lo más importante que hizo en su vida fue trabajar. En sus primeros años lo hizo como trabajadora rural en la zona de Angaco, más tarde lo hizo acompañada de alguno de sus hijos y cuenta como llevaba la olla para comer debajo del parral y no perder tiempo de la cosecha.

“He trabajado en cuadrillas en plantaciones de cebolla, tomate, melones. La primera en estar siempre era yo”, cuenta orgullosa y agrega que lo suyo fue el trabajo y no las fiestas.

El terremoto del 44’, fecha clave para los sanjuaninos, es algo que Enemencia no puede olvidar. Recuerda cada segundo y lo cuenta como si lo estuviera viendo. “Lo tengo tan patente”, dice a la hora de relatar como su casa quedó dividida en dos y su madre y sobrina bajo los escombros.

Las anécdotas, como aquel accidente en el que el colectivo en el que viajaba terminó en un zanjón, no dejan de aparecer. Las cuenta con fluidez y coherencia, “hablar la mantiene la viva”, dice una de sus hijas al pasar.

“Vivir en una casa con los hijos, que estén conmigo y no me dejen sola”, es el único deseo de la sanjuanina de 106 años  que tiene 9 hijos (3 fallecidos), 45 nietos, 45 bisnietos y 7 tataranietos.