“Argentina debe restaurar la confianza”
-¿Por qué existe una sola mina de cobre en el país si la exploración cuprífera nacional lleva más de seis décadas fuertemente activa?
-Desde la década del 60 se realizan diferentes planes de trabajo en la cordillera destinados al cobre, todo gracias a la Secretaría de Minería de la Nación de aquel momento y a la división Geología de Fabricaciones Militares. A su vez, a partir de 1994 comenzó una campaña agresiva por parte de las empresas en búsqueda de nuevos yacimientos y otras que buscaban la recuperación de prospectos ya conocidos, pero la falta de financiación y quizás la falta de estabilidad jurídica y legal por algunos beneficios de la ley 24.149 que se fueron diluyendo dejaron a los proyectos en potenciales y no en ejecución o producción.
-¿En cuanto tiempo se puede comenzar a explotar efectivamente la gran cantidad de recursos de cobre que existen en el país?
-En difícil mensurar en tiempo, hay que analizar y ver cuanto se tardará en lograr las millonarias inversiones necesarias. Pero seguramente costará restaurar la confianza en Argentina en forma inmediata, se deberá mostrar actitud y compromiso con medidas que devuelvan a nuestro país a los primeros planos de atracción económica y financiera para que los capitales de inversión retornen y con ello la prosecución del ciclo minero, hoy absolutamente parado. A su vez hay que entender que las reservas de cobre en el país son gigantescas y se necesitan cifras millonarias para construir una mina abocada a estos recursos, lo que demanda gran infraestructura, personal capacitado etc.
-¿La cercanía con grandes países exportadores de cobre como Chile y Perú afectan a la Argentina?
-La cercanía a países como Chile e incluso Perú le ha restado sin lugar a dudas también atracción a nuestro país, pero en menor medida. Claro que a la hora de ingresar grandes capitales para la puesta en marcha de estos proyectos siempre genera que los mismos busquen las mejores garantías de seguridad jurídica y fiscal, y Argentina que la ofrecía cuando estaba en plena ejecutividad la Ley 24196, hoy ha perdido ese atractivo.