Entre fines de diciembre y principio de enero -para Navidad y Reyes, entre otras ocasiones propicias para hacer un mimo- muchas familias ven sobrecargas las oportunidades de hacer regalos, especialmente a los más chicos. Por eso, antes que nada vale la pena preguntarse si es bueno seguir haciendo obsequios, muchas veces excediendo los presupuestos y si no es perjudicial el exceso de juguetes que reciben los más pequeños de la casa.
 
Lo que sigue es una lista de consejos a tener en cuenta para que los regalos sean lo más aprovechable posible:
 
.Hay que atender a los gustos y preferencias de los futuros dueños, pero también evaluar si el juguete es adecuado a la edad del niño y si tendrá o no "vida útil" -poca o mucha- entre otros entretenimientos que ya tenga. No siempre hay que seguir sus caprichos y regalarles todo lo que piden.
 
.Tener en cuenta que el juguete elegido responda a normas de seguridad vigentes y que no sean peligrosos.
 
.Los ideales son aquellos que no sean muy sofisticados, que fomenten la comunicación e inciten a los sentidos del niño, que lo inviten a investigar y a ser curioso. Básicamente que no sean bélicos ni violentos. Que le permitan hacer volar la imaginación y crear. Además que estos objetos lúdicos les hagan aportes a su desarrollo emocional.
 
.Si hay otros hermanos es bueno enseñarles a compartir los juguetes. Por eso es interesante muchas veces hacer regalos en conjunto y no uno para cada uno.
 
.No es bueno regalar en exceso. Hay que fomentar en los niños el valor a lo que tienen, el cuidado y acciones tales como el esfuerzo para ganarse lo que quieren pero también la generosidad.
 
.Los papás son los únicos que pueden poner un límite al número de regalos que hacen a sus hijos, teniendo en cuenta lo que es necesario, coherente y prioritario.