El árbitro sueco Jonas Eriksson tuvo un flojo trabajo durante Argentina-Suiza pese a que el partido careció de jugadas polémicas. No hubo goles difíciles de dicernir, ni penales, y apenas un solo fuera de juego, sin embargo, Eriksson debió amonestar a más de tres jugadores, se equivocó al cortar el juego y no aplicar la ley de ventaja en una falta contra Lionel Messi cuando Gonzalo Higuaín se iba frontalmente hacia el arco. Amonestó bien a Marcos Rojo y a los volantes Granit Xhaka y Gelson Fernandes por pierna fuerte, pero obvió sacarle amarilla a Stephan Lichtsteiner ni bien comenzó el partido cuando agarró con ambos brazos a Angel Di María, impidiéndole la continuidad del juego. También debió amonestar a Fabian Schaer al bajar a Messi cuando el rosarino se la había sacado en una salida y se iba hacia el arco con casi ningún defensa enfrente.
