Escombros, basuras y uno que otro arbusto abriéndose paso empecinadamente en medio de la nada, ese es el panorama que se observa en el terreno que antes ocupaban cinco de las villas más emblemáticas de Capital: la Montes Romaní, la UPCN, la Matadero, la San Martín (o villa del Chorizo) y la Catamarca. No están cercadas ni se observa en los baldíos ningún cartel que indique el destino que se les dará a esos terrenos. Una triple hilera de alambre de púas en un sector de lo que fue la villa Catamarca y una avanzada construcción de departamentos, en un sector del terreno que perteneció a la villa San Martín, son los únicos cambios visibles. El resto es todo baldío.

"Dijeron que iban a hacer barrios, que iban a cerrar para que no se vuelva a meter gente. Pero los años fueron pasando y lo único nuevo es la basura que se amontona, porque nunca falta un mugriento que venga a tirarla de noche", se quejó Ramón, vecino del barrio Kennedy.

El temor a que se formen nuevos asentamientos y la basura son las quejas repetidas de los vecinos, que pasaron de convivir con una villa a hacerlo con baldíos llenos de escombros.