* Exfoliar sin humedecer: Es fundamental humedecer la piel con agua tibia. Una exfoliación en seco irrita y enrojece.
* Frotar demasiado: Todos los exfoliantes se aplican de manera delicada, con suaves masajes, de lo contrario no sólo se eliminará las capas de células muertas sino que se pueden provocar heridas.
* Exfoliar con demasiada frecuencia: Cada tipo de piel necesita una exfoliación diferente, pero hacerlo varias veces a la semana dañará la piel, dejándola irritada y sobreexpuesta, sin su protección natural. Lo ideal es exfoliar la piel una o dos veces por semana si la piel es grasa.
* Exfoliar y no hidratar: Si no se hace la piel se verá seca y sin vitalidad. Hay que devolver la humectación inmediatamente.
* Utilizar el producto equivocado: Consultar antes de comprar un producto para asegurarse que es el más indicado para el tipo de piel.
* Exfoliantes caseros mal hechos: Verificar primero que ningún ingrediente sea tóxico o muy agresivo. Probar detrás de la oreja antes para ver qué respuesta hay, y nunca cambiar un ingrediente por otro "parecido’.
* Exfoliar sobre la piel irritada: Evitar hacerlo si la piel se irritó por exposición al sol, depilación, acné o alguna lesión.
* Exfoliar y seguir con otros tratamientos de belleza: Al exfoliar se está quitando una capa de células muertas, por lo tanto la piel se encuentra sensibilizada. Esta prohibido hacerse una mascarilla, broncearse o depilarse después de la exfoliación.
