Esta semana pasada fue un tiempo de sentimientos encontrados para Lucía Ponce, Embajadora Nacional del Sol 2020. Por un lado sintió pena por la decisión oficial de suspender la Fiesta Nacional del Sol debido a la pandemia, ya que se trataba de un evento que generaba mucha mano de obra local. Pero, por otro, se sintió feliz cuando recibió la noticia de que continuará un año más como Embajadora, acompañada por Ana Paula Anzor, Embajadora Segunda, que también extenderá su gestión. Lucía habló con DIARIO DE CUYO sobre las expectativas con las que se prepara para transitar esta nueva etapa y dijo que mantiene la esperanza de poder concretar durante este tiempo los proyectos inconclusos del mandato anterior.


 -¿Qué sentiste cuando te comunicaron que vas a seguir un año más como Embajadora Nacional del Sol?


-Me sorprendió un poco. No lo voy a negar, tengo ganas de continuar. El tema del Covid-19 me perjudicó durante todo el año. Fue un obstáculo para concretar todos los objetivos que me impuse cuando asumí como Embajadora Nacional del Sol. Ahora es como mi segunda chance de concretar todo eso, aunque nunca bajé los brazos. El proyecto de la fabricación de cartelería y demás productos escritos en Braille se frenó con la pandemia, aunque con el apoyo de algunas personas pudimos hacer juegos de ajedrez para no videntes. De todos modos no logramos trabajar en esto a pleno como yo quería. Es una deuda pendiente.

Entusiasmo. Lucía Ponce dijo que está entusiasmada por tener un año más de mandato como Embajadora Nacional del Sol y que espera poder cumplir lo mejor posible con este nuevo año de gestión.

-¿Estás de acuerdo con la suspensión de la Fiesta Nacional del Sol?


-Es una pena que suspendieran la Fiesta Nacional del Sol porque generaba mucha mano de obra local, directa o indirectamente. Pero, era necesario. Creo que las autoridades deben haber evaluado todas las posibilidades antes de tomar esta decisión que, seguramente, es la correcta. Hemos visto que toda política está abocada más a la parte sanitaria que a la actividad cultural y turística que, a nivel mundial, ha sido la más afectada por la pandemia. Este virus nos está afectando a todos y no hay nada mejor que priorizar la salud. Hay que tener en cuenta que de la muerte nadie vuelve.


-¿Cómo ves la situación de la pandemia en la provincia?


 -Creo que todos ponemos de nuestra parte para salir adelante, algunos más que otros, porque las ganas de volver a los abrazos y besos están. En cuanto a las políticas para controlar el virus creo que se manejaron bastante bien, por eso San Juan fue una de las provincias donde más demoró el virus en afectar a la población. Creo que estuvo bien manejado, aunque era sabido que en algún momento también tendríamos un pico de contagios. 


-¿Cómo evaluás el comportamiento de la gente en el marco de la pandemia?


-De a poco fuimos adaptándonos y acostumbrándonos a este nuevo estilo de vida con uso de barbijo y manteniendo la distancia. Y bueno, creo que vamos a tener que seguir conservándolo por un buen tiempo. Ya es una nueva realidad que nos toca enfrentar, pero que no va a durar para siempre. Mientras más nos cuidemos y controlemos la propagación del virus, más rápido se va a terminar todo. Sólo debemos tomar consciencia y cuidarnos entre todos.


-¿Pensás que la vacuna es una herramienta efectiva para frenar el virus?


-Es una opinión difícil de dar. Teniendo en cuenta la explicación de los especialistas, creo que sí puede ser efectiva. Pero no tengo más argumentos para asegurar si sirve o no. Sólo mantengo la esperanza de que así sea.


-¿Te colocarías la vacuna?


-Sí. Me parece que si vacunarnos es la manera de cuidar a nuestros hijos y abuelos, lo haría sin ningún problema. Cada uno debe aportar su granito de arena para que esto se termine. Creo que de nada sirve generar polémicas cuando lo que está en juego es la salud y vida de la gente.


-¿Con qué expectativas te preparás para vivir tu segundo mandato como Embajadora de los sanjuaninos?


-Con la esperanza de poder concretar las metas y representar a San Juan en otras provincias y países, con todo lo que eso implica. Poder mostrar nuestras costumbres y conocer las de otros. Esta experiencia tan rica se perdió por la pandemia. Ruego que esta segunda oportunidad me permita lograr todo lo que no pude concretar durante el 2020.


 -¿Tenés algún proyecto nuevo para encarar desde tu rol este año?


-Tengo varias ideas dando vueltas, pero voy a enfocarme primero en concretar los proyectos originales sobre la escritura Braille y el de la creación de un refugio para animales callejeros que por cuestiones económicas quedó en el camino. La idea era tener un lugar donde alojarlos, rehabilitarlos, cuidarlos y ofrecerlos en adopción. También poder incluirlos en terapias de rehabilitación asistidas por animales como es la equinoterapia. No sé si pueda lograr todo lo planeado, pero voy a esforzarme para, al menos, representar a mi querida provincia lo mejor posible.


-¿Qué es lo que más extrañás de tu época de Embajadora de San Martín y de los primeros días como Embajadora del Sol antes que arrancara la cuarentena? 


-Extraño el contacto directo con la gente. Es algo que adoro porque es mi fuente de energía. El cariño popular es un puntal que me sostiene cuando me siento con pocas energías para continuar. Mantengo el contacto con muchas personas a través de las redes sociales, pero no es lo mismo. Extraño los abrazos, extraño los besos y extraño el compartir una charla sin tanta distancia de por medio. Espero que este año el virus nos dé un respiro y nos permita recuperar las costumbres sobre todo las relacionadas con la cercanía.


-¿Cómo te imaginás a San Juan dentro de un par de años?


-¿Puedo soñar? Sueño con volver a esos días de todos los sanjuaninos juntos en la Fiesta Nacional del Sol, pegados hombro con hombro, gritando fuerte por los artistas en el escenario o por el desfile de carruajes y poniendo de manifiesto el cariño y la cercanía que siempre nos caracterizó. Y sueño con poder volver a salir y a caminar sin miedo por las calles de mi querida San Juan.


La primera

Lucía Ponce, una joven de 26 años, madre de un varón y oriunda de San Martín, se convirtió en la primera Embajadora Nacional del Sol de San Juan. Fue electa el 29 de febrero de 2020 durante el cierre de la Fiesta Nacional del Sol.