Un grupo de chicas de entre 15 y 17 años lloraban abrazadas en la puerta del Teatro Bicentenario. La mayoría de ellas estaba cubierta por una bandera en la que se veía cuatro letras enormes: CNCO. Eran 20 y mostraban con orgullo su conquista, los tickets para ver desde la primera fila a la banda juvenil que será una de las encargadas de ponerle música al escenario de la Feria, en la Fiesta Nacional del Sol 2018.

A las 10 de la mañana de este lunes, tanto en el Bicentenario (donde se consiguen los pases preferenciales) como en el Sarmiento (donde se puede comprar los generales) comenzó la venta de entradas para todos los shows de la celebración. Pero las fanáticas del quinteto coparon la parada.

“Las entradas que más estamos vendiendo son las de CNCO, las chicas llevan días haciendo fila”, comentó una de las mujeres encargadas de la boletería del Bicentenario.

Detrás de las primeras 20 amigas que llegaron al lugar a las 9 del pasado sábado y aseguraron que “valió la pena”, otra joven lloraba. Estaba con su padre, su madre, su hermana y su tía y mostraba 3 entradas para la misma banda.

“Somos de Calingasta y estamos haciendo fila desde el sábado. Ella cumple 15 años y nos había dicho que no quería fiesta ni viaje, sólo verlos a ellos. Empezamos a averiguar dónde se iban a presentar y justo dijeron que venían a la Fiesta del Sol, ella no lo podía creer”, contó la mamá de Sofía, que a esa altura ya tenía los ojos colorados y temblaba.

A su lado, Nazarena Recabarren, otra quinceañera, también esperaba comprar su ticket luego de resignar la tradicional fiesta por una de las entradas en primera fila para ver a su banda favorita.

La postal de chicas jóvenes emocionadas se repetía en la larga fila. Aunque en el medio también se podía encontrar algún que otro fanático de otro de los artistas. Fue el caso de Lucía Guardia y Carolina Delgado, quienes junto a otras 13 amigas siguen a Luciano Pereyra y lo van a ver cada vez que se presenta en a la provincia.

Mientras tanto, en el Teatro Sarmiento la situación era otra. Antes del inicio de la venta, la fila abarcaba solo unos 50 metros y después solo se veía a dos o tres personas por vez comprando tickets.