Por la noche, la fila parece interminable. Sobre los autos se ve personas recostadas, con los brazos cruzados y los ojos cerrados. Algunas están cubiertas con frazadas; otras usan gorros, guantes y bufandas; y muchas guardan canastas con termos. Todas tienen un objetivo común: hacer la Revisión Técnica Obligatoria (RTO) a sus vehículos. Esto se puede ver afuera de 2 de los talleres habilitados para hacer el trámite, donde los conductores llegan a pasar más de un día esperando, para cumplir el requisito establecido por la ley de tránsito.
Ayer, a las 6,15, en el taller de Santa Lucía había una fila de 36 autos. Según el cronograma estipulado (ver aparte), algunos de los conductores de esos vehículos, debieron hacer la revisión hace meses, otros fueron porque debían repararlos antes que les dieran la aprobación y otros no consiguieron turno, a pesar de presentarse a tiempo. La mayoría de sus ocupantes pudo dormir. Pero Aldo Fernández, que ocupaba el tercer lugar, estaba despabilado. ‘Estoy acá desde las 23,30 y casi no dormí. Hace mucho frío‘, contó el hombre.
En unos cuantos vehículos más atrás, había una pareja de calingastinos, que fue a realizar el trámite por segunda vez. En la primera oportunidad, al hombre le dijeron que debía hacerle arreglos a la camioneta, por lo que volvió a Calingasta, la llevó al mecánico y regresó al taller santaluceño.
Según los dueños de los talleres, esas filas se forman desde hace unos 20 días. ‘En las últimas semanas intensificaron los controles policiales y a todos les agarró el apuro por hacer la revisión‘, dijo Ariel Manrique, del taller de Rawson. A raíz de lo cual, este diario intentó comunicarse con el jefe de Tránsito de la Policía, Abel Hernández, pero no tuvo respuesta.
Por otra parte, Manrique contó que tienen dos líneas disponibles para hacer el control, trabajan sin parar, y llegan a atender 100 autos por día. Pero no pueden cumplir con la demanda.
Mientras, en el taller de la Capital, sólo había tres vehículos esperando. Es que allí, dan turnos por anticipado y no atienden por orden de llegada. Este es el único taller que tiene una sola línea de trabajo y su dueño, Mario Castro, contó que ‘para colocar una máquina más hay que invertir unos 50 mil dólares y el Gobierno no nos garantiza el trabajo por 3 años más. Yo no invierto si no sé si puedo recuperar el dinero‘. En estas condiciones, en el taller dan sólo 20 turnos por día.
Más al sur, en el taller de Rawson, una mujer y hombre terminaron haciéndose amigos. Lograron quedar primeros en la fila en la que había 41 vehículos. Pero el costo fue esperar durante 26 horas. ‘Decidimos turnarnos. Cuando yo me iba a comer ella se quedaba a cuidar a los autos, y viceversa‘, contó Hugo Merino. Y Nancy, que prefirió dejar su apellido en reserva, dijo que ‘tengo 3 hijos. Los 2 más grandes no fueron a la escuela para cuidar a su hermana‘.
Mucho más atrás en la fila estaba Julio Guerrero, quien comentó que ‘lo bueno es que al haber tantas personas en la cola, uno se siente más seguro‘.
Con la salida del Sol comenzó el movimiento en el taller rawsino. Algunos bajaron de los autos y se estiraron, o sacaron los termos y les convidaron mate a sus vecinos. A las 7,50, llegó el encargado del taller y todos se reunieron en la puerta del local. Un hombre salió y preguntó: ‘¿Quién está en primer lugar? Tras 26 horas, Hugo Merino levantó la mano victorioso, arrancó su auto y dijo: ‘Haber si termino con esto y me voy a dormir‘.
Esperan más de un día para hacer el trámite de la Revisión Técnica
Los dueños de los talleres dicen que sucede desde hace 20 días, porque la Policía controla más.

