Este año la exclusividad del camping del Dique Lateral, en Zonda, no existió. Es que los jóvenes que comenzaron la previa del 21 de septiembre con acampe y fiesta también coparon el camping de Rivadavia. En ambos lugares calcularon que ingresaron unas 1.000 personas. Y como sucedió en 2014, los controles policiales hicieron que las fiestas tuvieran menos alcohol. Sin embargo, los jóvenes se divirtieron de igual manera. Es que ambos destinos se convirtieron en boliches, hasta con luces de colores.
En el ingreso del camping de Zonda, esta vez no hubo largas filas de vehículos esperando ser controlados por la Policía, ni tampoco la gente se amontonó para sacar la entrada. Incluso, hubo varios lugares vacíos y sin carpas. Es que muchos jóvenes optaron por esperar la llegada del Día del Estudiante en el camping de Rivadavia. Pero esto no opacó la fiesta y los grupos de amigos no dejaron de divertirse y bailar por todos lados. Música en todos los rincones, fogatas y hasta guitarreadas y mates fueron las claves de este año. Sumado a eso, los gritos, saltos y los picados de fútbol a la luz de la luna le pusieron color a una noche que comenzó cálida y que finalizó bien fresca.
Joaquín, Rodrigo y Matías fueron algunos de los que cambiaron el destino de la previa. “Somos de Rawson y decidimos venir acá porque nos cansamos de ir todos los años al camping de Zonda”, dijo uno de ellos, mientras bailaba la música que Ignacio Estévez, un joven de Rivadavia que se convirtió en el DJ de este espacio verde. “Estos equipos son míos y los traje para que la gente se divierta”, dijo Ignacio que llegó con su consola mezcladora de música y sus compañeros de la escuela.
El festejo en este camping concentró a gran cantidad de gente el domingo por la noche. Sin embrago varios grupos llegaron el sábado. “Con mis compañeras de la escuela nos vinimos en micro el sábado y ya había muchas gente con carpas”, dijo Rosario Varela, que confesó que dentro del camping les quitaron algunas botellas de fernet y cervezas que había logrado pasar. Al igual que ella, otros chicos dijeron que pudieron sortear algunos controles, aunque no quisieron develar cuál había sido la estrategia de este año, mientras que otros dijeron que no llevaron alcohol para evitar que se los quitara la Policía.
A pesar de que no fue el epicentro del festejo, el camping zondino también fue uno de los puntos de encuentro de los jóvenes durante la previa. Ahí, la falta de alcohol también fue moneda corriente, sin embargo los jóvenes admitieron que de igual manera estaban pasándola “genial”.
“Vinimos en la tarde a tomar mate y como vimos que se estaba poniendo bueno decidimos volver a pasar la noche. Pero tranquilas y acompañadas de mate”, dijo Bárbara Barbero que llegó junto a tres amigas.
Al igual que en el camping de Rivadavia, en Zonda el baile también fue un factor importante para la diversión. En este lugar, el encargado de ponerle música y color a la noche fue un chico del barrio Aramburu. “Traje los equipos y algunas luces para que la gente se divierta y sólo lo hago porque me encanta que la gente se divierta”, dijo José Videla y contó que lo más pedido por los chicos fue el reggaetón y la cumbia. En este camping hubo muchos controles de la Policía de San Juan. Además, la Municipalidad de Zonda contrató a una empresa de seguridad privada para poder contener a los jóvenes. Por esto, los festejos estuvieron más tranquilos que otros años.

