Primero fueron los silbidos de aliento pero, como eso alteraba un poco a los animales, los cambiaron por fuertes aplausos y suspiros de admiración. Con la mirada fija hacia el frente y más quietos que nunca, estaban unos 300 chicos sentados todos alrededor del gran galpón del polideportivo de Villa Santa Rosa, 25 de Mayo. Y la gran atracción estaba justo al centro: eran tres perros Ovejero Alemán, junto a sus compañeros humanos de la División Canes de la Policía, que, con sus demostraciones, se convirtieron en las estrellas de la mañana en la colonia de verano.
En ese escenario se presentaron los animales. Eran tres ovejeros entrenados que despertaron el cariño de inmediato, ya que compraron a su público con un saludo en dos patas. Se sentaron, se quedaron quietos, se hicieron los muertos, marcharon en línea recta, hicieron destrezas entre aros y caballetes, hicieron muestras de ataque y hasta interactuaron con los niños. Fue más de media hora de un show diferente, que veían por primera vez no sólo los niños sino también los adultos mayores y los discapacitados de la colonia.
Las estrellas se despidieron (porque tenían que continuar con su agenda de visitas) y los dejaron con ganas de ver más, comentaron los coordinadores y algunos niños aún asombrados por lo que acababan de ver. Pero las actividades continuaron y pronto se convirtió en otro día más de colonia. Los niños se fueron con sus profes a las canchas que les presta la escuela de fútbol de 25 de Mayo a jugar a la pelota. Y los adultos mayores y discapacitados se quedaron en el galpón del polideportivo para hacer gimnasia y bailar.
Para la demostración, a los chicos de la colonia de Villa Santa Rosa se habían sumado los de Las Casuarinas, que llegaron en colectivo al predio antes de las 9 de la mañana para presenciar el gran evento. De todos modos, tuvieron que contener la ansiedad y esperar un poco más, ya que antes tenían que desayunar. "La mayoría de estos chicos son muy pobres y vienen más que nada para tomar el desayuno y comer algo. Llegan con tanto hambre que a veces se sirven la leche dos veces", contó una de las profesoras de Las Casuarinas. Pero ayer por la mañana fue la excepción: los niños estaban tan entusiasmados con la demostración de los perros que hasta se olvidaron del apetito y se acomodaron en sus sillas en silencio.

