Tras realizar un cuidadoso procedimiento de excavación arqueológica, el geólogo francés Jean Louis Guendon segregó las distintas capas de la mina. Recién entonces se enviaron muestras de carbón y concha a tres laboratorios extranjeros, dos en Estados Unidos y uno en Polonia, para tener total certeza de los resultados. Los recibieron en el transcurso de 2009, pero fue recién en mayo de 2010 cuando pudieron corroborar la fecha de data más antigua: el año 10.000 antes de Cristo. Los investigadores lo creían imposible, habían descubierto la mina más antigua de América y una de las más arcaicas de las que se tenga noticia en el mundo.
