Los gobiernos europeos acordaron ayer utilizar toda la artillería financiera y legal a su disposición en defensa de su joven unión monetaria, desafiada desde hace semanas por los mercados y los ataques de los especuladores.

Los líderes de los 16 países que comparten el euro se conjuraron ayer, después de aprobar un paquete de ayuda a Grecia por 110.000 millones de euros, para activar todos los instrumentos y fondos necesarios a fin de devolver la calma cuanto antes a los mercados financieros y de deuda.

En la reunión celebrada en Bruselas, capital de Bélgica, los países de la zona euro acordaron juntarse mañana para crear un sistema de estabilización lo suficientemente fuerte para que sea capaz de evitar que los estados miembros caigan en una crisis financiera y hagan peligrar la moneda común.

La clave será el compromiso de todos los países a tomar medidas adicionales -ajuste- si fuera necesario, para alcanzar el crucial objetivo de reducir los déficit fiscal.

"Está claro que no estamos ante un ataque contra un país u otro; es un ataque contra la unión monetaria europea", afirmaba un alto funcionario a modo de resumen sobre un sentimiento compartido.

La situación es de tal gravedad que los líderes del Eurogrupo dieron mandato a la presidencia de turno española de la Unión Europea para que convoque para mañana domingo, una reunión extraordinaria de los ministros de Finanzas en la que se aprueben los detalles del mecanismo de estabilización.

La idea es que esté listo para ser usado el lunes, en cuanto abran los mercados.

Según las reglas europeas, las decisiones de política económica y monetaria con implicaciones para el conjunto de los socios no las puede tomar a solas el Eurogrupo, sino el Consejo Ecofin, donde participan los 27 miembros de la UE.

"Todos somos conscientes de que hacemos frente a una situación muy seria en la zona euro, y de que vamos a hacerle frente juntos", declaró el presidente del Consejo Europeo, Herman Van Rompuy, en una breve comparecencia ante los medios tras la cumbre.

La declaración de los Dieciséis se produce después de una semana negra en las Bolsas europeas y en medio de señales cada vez más claras de que la crisis de la deuda de Grecia se contagia a otras economías del Sur de Europa.

El acuerdo de los líderes del Eurogrupo contiene asimismo lo que los líderes del Viejo Continente definen como un nuevo "pacto de consolidación fiscal".

La reducción de los déficit excesivos "es una prioridad para todos nosotros", afirma el texto.

En el documento, los jefes de Estado o de Gobierno solicitan además al Ejecutivo de Bruselas y a los ministros que apliquen "estrictamente" las reglas del Pacto de Estabilidad y Crecimiento, que fija el límite del 3% del PIB para el déficit público.

Entre las medidas que se barajan figura la prohibición de las ventas en descubierto, que los especuladores utilizan para sacar provecho de la bajada provocada en el precio de un activo; forzar a los bancos a no deshacerse de la deuda soberana; o incluso autorizar al BCE a comprar en el mercado secundario las obligaciones o bonos sujetos a mayor tensión.

Por último, el Eurogrupo constató que las actuales turbulencias prueban la necesidad de avanzar rápidamente en la regulación y supervisión de los mercados financieros, especialmente en lo que atañe a los derivados financieros y al papel de las agencias de calificación de riesgos.

Ayer, tras el jueves negro en los mercados financieros, las principales bolsas europeas volvieron a registrar pérdidas de hasta más del 4%.