
La última vez que realizaron la fiscalización de artesanos fue en 2012 y por eso ayer el Centro Cultural Estación San Martín mostró un importante movimiento en sus galerías. Es que 180 personas desfilaron con sus trabajos ante un comité que fiscalizó productos para poder entregar las credenciales habilitantes, válidas para exponer en paseos y ferias de la Capital, pero que eventualmente les sirve para el resto de los departamentos e incluso es una carta de presentación afuera de la provincia. La actividad continuará hoy, desde las 8, y los requisitos son llevar algunos productos, llenar un formulario y adjuntar dos fotos tipo carnet. Es totalmente gratis.
Como un programa de TV de esos que evalúan talentos, los tres fiscalizadores iban, planilla en mano, observando los trabajos que artesanos y manualistas llevaron. Los evaluadores, Daniel Sarmiento, María Guadalupe Daneri y Daniel Báez, reconocidos y multipremiados artesanos, incluso a nivel internacional, revisaron cada producto basados en criterios de técnica, diseño y presentación. Preguntaban cómo realizaban los trabajos, qué máquinas y herramientas utilizaban y hasta brindaban consejos. Entonces, determinaban las categorías a asignar (1A, 1B, 2A, 2B y 2C), en la que la A1 es maestro artesano y la última, manualista (que no transforma materia prima, sino que ensambla o pinta materiales ya trabajados). Y, al menos ayer, no encontraron farsantes, es decir, revendedores de artesanías.
“Esta fiscalización surgió por la demanda y para mantener un orden y organización. Para los artesanos es un gran paso obtener su credencial porque no sólo les sirve para trabajar en Capital. Es que como no existe un certificado similar a nivel provincial, los artesanos nos comentan que la exhiben cuando exponen en otros departamentos y hasta les implica un aval cuando van a trabajar a otras provincias. Además, saben que la fiscalización es rigurosa porque se trata de un comité con grandes referentes”, explicó Luis Meglioli, secretario de Cultura de la Municipalidad de la Capital.
“Estuve nervioso hasta que me evaluaron, porque no sabía cómo iban a fiscalizar. Este año empecé a vender mis productos de porcelana fría y otros de vitral en el Paseo de los Artesanos, pero lo hacía sin la credencial. Por eso la necesitaba, para trabajar con más tranquilidad”, dijo Lucas Guardia (24).
La mayoría de los asistentes se presentó ayer para obtener el carné por primera vez; mientras que un puñado de los 600 artesanos ya registrados solicitó una evaluación para lograr una categoría superior (la categoría influye, por ejemplo, a la hora de brindar espacios en ferias o exposiciones pues tienen prioridad los de más handicap). A todos, por su parte, los invitaron para participar de una capacitación gratuita sobre estrategias comerciales, la semana próxima.

