Gastón Alcayaga es hijo del conocido Carlos Alcayaga, un comisario general retirado y abogado que llegó a ocupar el máximo cargo de la Policía provincial entre mayo del 2002 y fines del 2003, durante el gobierno de la Alianza. El ex hombre fuerte de la institución policial llegó con mucho consenso. Alcanzó su mayor imagen positiva cuando la policía logró liberar a María del Carmen López de Barceló, secuestrada en agosto del 2002. Después fue sacudido por algunos problemas internos dentro de la policía, pero especialmente por denuncias de su ex esposa y otro episodio que involucró a su hijo. A fines del 2003, este mismo oficial cuestionado destrozó una camioneta de la Jefatura de Policía en un choque en Rivadavia.
