La impresión que genera entrar al nuevo museo de Bellas Artes Franklin Rawson, es la de haber ingresado a un edificio del primer mundo. En sus salas se puede encontrar detalles de los más excéntricos: el auditorio se construyó en un hueco de 10 metros, un ascensor puede cargar obras de arte de 1.000 kilos y una sala puede contener esculturas y cuadros de hasta 7 metros de alto. Además, el lugar posee tecnología de última generación. Estas características lo transforman en el más moderno del país, según lo que afirman los arquitectos que lo construyeron (ver aparte). Ese edificio, que contendrá las más de 600 obras de arte que posee el Franklin Rawson, será inaugurado el próximo miércoles y, si todo sale como planean desde el Gobierno, contará con la presencia de la presidenta Cristina Fernández.
El olor a madera y pintura fresca invade el hall de ingreso. El espacio está en el ala Oeste, que fue construido de cero. Allí, hay una escalera y un pasillo que cuelgan del techo. "Esto permite que el hall sea más espacioso", explicó Gabriel Ruiz, coordinador de la empresa constructora.
El auditorio está en el subsuelo. Para realizarlo tuvieron que hacer un pozo de 10 metros. "Fue un gran desafío, porque el lugar tiene más de 7 metros de alto y se realizó sobre cimientos de 3 metros", dijo Ruiz. En él cada detalle fue ideado cuidadosamente, a tal punto que el color de la madera que cubre las paredes se fabricó especialmente para el lugar.
Los muebles de cada sala también fueron elegidos especialmente. Su color combina con el tono del piso, tienen líneas curvas y diseños modernos.
Por su parte, las salas de exposiciones tienen características llamativas. Una de ellas tiene 7 metros de alto. La altura fue exigida por los museólogos, para que quepan las obras más grandes.
Hacia el Este del edificio, en la zona que ocupaba el casino, está la impactante sala de exposición permanente, que tiene 500 metros cuadrados. Según Ruiz, no hay una sala de ese tamaño ningún museo del país.
El museo tiene un depósito con paneles colocados sobre rieles, en los que se puede guardar la misma cantidad de obras que se puede exponer en las salas.
En el exterior, lo más curioso son las piedras que recubren las paredes, las hicieron copiando el diseño de las que cubren la vieja estructura, para mantener la identidad del lugar.
El edificio, cuyo monto inicial de obra fue de 25,4 millones de pesos, estará terminado el miércoles y según Virginia Agote, directora del museo, esperan abrirlo en octubre.

