Los motivos: falencias en 5 edificios escolares. La metodología para manifestarse: toma de las escuelas por parte de alumnos y sus padres. La consecuencia: 1.310 chicos que ya perdieron entre 2 y 19 días de clases. En medio de este conflicto, 4 especialistas en distintas áreas de la educación analizaron el tema y, en general, justificaron las tomas basados en la validez de los reclamos.
La escuela que primero se levantó fue de Ullum. Le siguieron 3 escuelas de Jáchal y luego se sumaron alumnos de una escuela de Iglesia. Así, en los últimos días hubo 5 escuelas tomadas en simultáneo. Al respecto, Alicia Millani, vicedirectora del departamento de Ciencias de la Educación de la UNSJ, comentó que “estas tomas tienen dos elementos fundamentales. Uno es que vivimos una época de consolidación de la democracia y hay una apropiación de los derechos. Esto es bueno, porque los alumnos y sus padres se apropian del espacio público que es la escuela. Por otro lado, es importante que los estudiantes de los sectores más marginados reclamen una mejor calidad educativa”. Y agregó que “el hecho de que una escuela tenga problemas edilicios que impiden el buen dictado de clases es un problema de toda la comunidad educativa y hay que hacerse escuchar para que todo se solucione”.
Por su parte, Margarita Ferrá de Bartol, exministra de Educación y actual diputada de la Nación, opinó que “estamos en un momento de cambio por la sanción de la ley que establece que la educación inicial y secundaria son obligatorias. Este cambio genera una demanda de multiplicación de aulas, mobiliario e incluso de edificios. Si bien se está haciendo un gran esfuerzo para mejorar estos aspectos, adaptar las escuelas lleva tiempo. Estos casos revelan esta situación de desajuste”. En cuanto a las tomas en sí, la funcionaria dijo que “no creo que esto sea una represalia contra el Gobierno, sino una medida a través de la cual los padres buscan reflejar las falencias que sufren sus hijos. Si bien para mí la toma de las escuelas no es la mejor manera de reclamar, es la que ellos eligen para hacerse escuchar”.
Sobre el tema Luis Garcés, doctor en Educación, opinó que “los déficits en las escuelas son reales. Si bien se produce un efecto de tomas en cadena creo que no es injustificado. Esto sucede porque los alumnos y sus padres ven que ante esta forma de reclamo hay respuestas”. Además, fue más allá al decir que “creo que se quejan porque consideran que la educación en sí es deficiente, lo que pasa es que es más fácil ver y protestar porque un baño está roto que por cómo funciona el aprendizaje”.
Por su parte, María del Carmen Cerdera, quien es psicopedagoga, dijo que “hay que analizar el motivo por el que padres y alumnos eligen expresarse a través de la acción y no de la palabra. Aunque creo que la toma de las escuelas no es la manera más adecuada, sí es importante que las personas puedan decir cuándo están en desacuerdo”.
Además, los especialistas se mostraron de acuerdo con que el Ministerio de Educación no compute las inasistencias. Millani opinó que “no es necesaria una sanción punitiva por el reclamo de un derecho. Sí pienso que lo más apropiado es que el Ministerio de Educación, docentes, padres y alumnos se reúnan para armar un plan para el dictado de los contenidos que perdieron”. Por su parte, Garcés dijo que “no creo en las medidas represivas en el ámbito escolar”.