Hace menos de un año, DIARIO DE CUYO publicaba una nota sobre  la mujer más longeva de la provincia: Ernestina Castillo. Lúcida y con buena salud, ella se imponía con estoicismo a la vida. Sin embargo, con 119 años, Ernestina falleció en su querido Calingasta.

En su momento, cuando este medio habló con sus familiares, comentaron que Castillo "pide a Dios que la recoja, se quiere ir". Sin dudas, el trajín de los años ya pesaba sobre su espalda. Madre de 12 hijos y abuela cariñosa de nietos y bisnietos, Ernestina vivió sus últimos años junto a ellos, quienes la cuidaban. Para una de sus nietas, María, tenerla en casa era "una bendición".

Desde su falleciemiento, en su amada Calingasta,  no sólo el círculo más íntimo de la familia la llora. En su extenso e intenso recorrido por la vida, Ernestina se hizo querer y mucha gente se sintió profundamente compungida con la noticia. 

Según informaron, la mujer más longeva de San Juan, dio su último suspiro en la completa tranquilidad de casa. Al parecer, se levantó temprano, la peinaron, le dieron los remedios correspondientes y desayunó. Como siempre, fue a descansar un rato más y allí se durmió plácidamente.