Agua limpia y antibióticos están entre las mayores necesidades en Haití, según estimaciones de expertos en salud. Socorristas están luchando hasta por llegar a Puerto Príncipe, donde una inestimable cantidad de víctimas permanece enterrada bajo los escombros y miles están durmiendo en la intemperie. Josh Ruxin, un experto en salud pública de la Columbia University que vive y trabaja en Ruanda, dijo que Haití ya lucha contra el SIDA, la tuberculosis, enfermedades infantiles y desnutrición. Distintos medicamentos, analgésicos, jeringas, gasas esterilizadas, puntos de sutura, guantes, máscaras, elementos ortopédicos y cirujanos son algunos de los reclamos que hacen los médicos en Haití, quienes desde el terremoto que azotó al país caribeño el martes no paran de atender a los incontables heridos. “Llevamos trabajando sin parar desde el terremoto´, cuenta Jooby Bienaimé, que dirige la clínica Eliazar Germain en la Avenida Panamericana de Puerto Príncipe, un centro de salud que no tiene la capacidad suficiente para recibir la avalancha de heridos que llega día a día. El médico pide medicamentos, instrumental y especialistas tras asegurar que a pesar de contar con un quirófano no puede utilizarlo por falta de alguien capaz de hacerlo, como un cirujano u ortopedista. “Estamos realmente sobrepasados´, precisó, en tanto la sala de ginecología no sólo no se usa para sus funciones sino que fue reconvertida en un depósito de cadáveres, que tampoco dejan de llegar. A pocos kilómetros del pequeño hospital de Bienaimé, la médica Rachel Fanfantlissade tampoco tiene tiempo ni de respirar; la clínica quirúrgica privada en la que trabaja abrió sus puertas a todo el público tras el terremoto, y el flujo de heridos que atienden tampoco se detiene un instante.
