El dolor los embargaba parados al lado de sus casas desparramadas en el suelo, con los techos sobre sus alimentos, electrodomésticos y camas. Sin embargo, agradecían estar a salvo y ya pensaban en cómo volver a empezar. Eso mostraron muchas familias de asentamientos ubicados en la zona Sur de Pocito y las localidades de Sarmiento, epicentro del terremoto de Magnitud 6,4 que anoche azotó a San Juan.

Un equipo de DIARIO DE CUYO recorrió las calles y fue testigo de cómo la gente alumbraba los escombros con las linternas de sus celulares viendo qué podían rescatar.

“Al menos se salvó la caja de herramientas. Es importante, porque mañana voy a poder salir a trabajar. Ahora hay que volver a empezar”, le decía un hombre del asentamiento La Unión, ubicado en Calle 15 y Aberastain, de Pocito, a un vecino.

El dueño de casa mirando su caja de herramientas.

Más adelante, en Sarmiento, un señor de edad mayor y con discapacidades se lamentaba: había perdido toda la documentación y sus remedios bajo el techo de su casa, que estaba al ras del suelo.

El lamento por haber perdido sus remedios y documentos.

El panorama por aquellas zonas era desolador. Aún familias que no perdieron sus viviendas decidieron sacar los colchones y dormir a la intemperie, mientras las réplicas del sismo se sucedían una tras otra.

Muchos comentaban sobre el mensaje viral que fue categóricamente desmentido por las autoridades del Instituto Nacional de Prevención Sísmica (Inpres), y que anunciaba sobre un terremoto más fuerte que se produciría a las 2 de la madrugada. Eso, a pesar de que es imposible predecir los sismos, era lo que más los asustaba.

Esta mañana, muchas de esas familias comenzaron a recibir ayuda de las autoridades mientras intentaban rescatar algunas de sus pertenencias con el fin de reconstruirse y seguir adelante.