Agus Serrate (11 años) vio por primera vez una de las pulseritas tejidas con banditas de goma que tanto le gustan ahora, cuando viajó a Estados Unidos el año pasado. Y le encantaron. Y a su vuelta a San Juan quiso tener un set. Pero aquí no se conseguían. Con su mamá y su hermanita, las buscaron por todos lados y hasta que por fin las encontraron en Buenos Aires hace unos meses.

A esta altura de las circunstancias, Agus se ha convertido en una "tejedora de pulseras” profesional, la que si no puede con la aguja que trae la caja, intenta hasta con palitos o tenedores. Con estos elementos va probando formas nuevas. A tal punto llega su fascinación que hasta ha contagiado a su amiga Luchi (también 11 años), en esto de hacer pulseras, anillos, vinchas y hasta colgantes con las gomitas que hasta hace poco solo servían para hacerse peinados. Las chicas pasan horas y horas produciendo "bijouterie” por demás original.
¿De que se trata este juguete que parece desterrar el gusto por las Barbies e inclusive hasta pelear codo a codo el tiempo dedicado al celular, la tablet y la compu? Es nada más ni nada menos que un pack de gomitas elásticas de colores, con ganchitos y una especie de aguja de crochet de plástico. Hay algunos más sofisticados que traen una especie de telar (de ahí el nombre ya que en inglés loom es telar). Cuestan entre 150 y 300 pesos, según la marca, la cantidad de banditas (que también se pueden comprar sueltas y vienen de todos los colores y hasta combinadas) y los implementos.
Jorge Pellicer, propietario de la Juguetería Verde Amarello, confirma el furor por este juguete, que hace muy poco desembarcó en la provincia pero que lidera el ranking de ventas de Amazon en Inglaterra y Estados Unidos. Inclusive, el que más le piden es uno comercializado por la licencia de Violetta, otro de los boom de las nenas, pero más chiquitas. No trae muchas explicaciones. Pero esto no es un problema porque en internet -más precisamente en YouTube- hay más de 100.000 tutoriales con ideas y paso a paso que enseñan a entrelazar las banditas.
Las "loom band”, nacieron en el 2011, casi por casualidad. Fue un ingeniero malayo, Cheong Choon Ng (de 45 años), radicado en Michigan, quien intentó armar como sus hijas unas pulseras con unas gomitas elásticas. No pudo porque sus manos resultaron muy grandes para poder sostener la artesanía. Entonces, se las ingenió armando un pequeño telar de plástico como soporte de las banditas mientras les daba forma. Así nació el negocio: mandó a hacer telares a China y empezó a vender los packs con las gomitas y las agujas sin imaginar que en menos de dos años le reportaría ganancias millonarias. En el 2013 las ventas le dejaron 44 millones de dólares de ganancias.