Los micros, cerca de 30, esperaban ayer alineados en un descampado bajo el sol. En el frente se podía leer la procedencia: Córdoba, Buenos Aires, Santa Fe, La Pampa y La Rioja. Más atrás, una docena de combis que trasladaron a fieles de distintos departamentos de la provincia, completaba el escenario, mientras desde la pequeña iglesia partía la procesión que como todos los años, llevó a San Expedito, el protector de los casos urgentes, por las calles del caserío. Por el camino de tierra partida por la aridez, caminaron los promesantes y en el rezo del Rosario pronunciado en voz alta, también quedaba en claro que había gente de distintos lugares. Como Diego Luis, un joven cocinero que llegó de Huerta Grande, Córdoba, por primera vez, para pedirle al santo por la salud de su madre. "Vamos a construir una capilla en su honor en mi pueblo, por eso me llevo una imagen de él. Y de ahora en más, voy a volver todos los años", dijo, sosteniendo la figura de gran tamaño que acababa de comprar y hacer bendecir. O Teresa Barbita, de Buenos Aires, que vino a darle las gracias por un pedido que hizo relacionado con su trabajo. Y también Juan Castañeda, que llegó desde Santa Fe como lo hace desde el 2005, cuando un accidente lo dejó inválido y él le pidió a San Expedito por su recuperación. "La primera vez, me trajeron en silla de ruedas y casi por la fuerza. Yo venía enojado con la vida por lo que me había pasado, pero San Expedito me curó el cuerpo y el alma. Volví a caminar y a trabajar y por eso cuando llega abril, pase lo que pase, yo sé que tengo que venir a darle las gracias", dijo emocionado.
La procesión empezó puntualmente a las 16.30 con la lectura de las intenciones. Una enorme caja puesta en la puerta de la capilla seguía recibiendo los pedidos de los fieles, mientras la figura del santo, dentro de una urna de cristal, fue sacada en andas por promesantes que se iban turnando durante el recorrido. Al terminar, la gente se ubicó en el playón al costado de la capilla, donde se celebró la misa mientras una larga fila de personas esperaba su turno para entrar a la gruta repleta de placas de bronce que venera la imagen del patrón de los casos urgentes. Afuera, en la entrada, decenas de puestos de venta ofrecían de todo: desde medallitas y estampitas hasta copias en DVD de películas y CDs de música, pasando por sombreros de todas clases y la infaltable propuesta gastronómica, compuesta por choris, empanadas, pollo a la parrilla, sandwich y pochoclo.
La novena terminará el domingo 24, justo el día en que se celebra la Pascua cristiana. Por esa razón, esta vez la procesión se hizo en un día de semana, coincidiendo con la festividad del santo. Y esa fue, probablemente, la causa de que la mayoría de los concurrentes haya llegado de otras provincias.

