A las 9, una intensa humareda y el olor a asado ya habían inundado el predio. A esa hora algunos gauchos ya estaban sacando las primeras costillitas de la parrilla para desayunar. Es que muchos madrugaron para encontrar un lugar donde poder ubicarse con comodidad y tener una buena panorámica tanto del escenario como del campo de la doma. Esto sucedió ayer en las Fiesta del Día del Trabajador, en Angaco, en la que participaron unas 2.000 personas, según datos de los organizadores. Esta fiesta se realiza tradicionalmente el 1 de mayo de cada año, pero esta vez se postergó para que no estuviera tan cerca de la Cabalgata de la Fe que se hizo el fin de semana pasado.
Envueltos en frazadas algunos niños se acostaron en el piso para dormir cuando llegaron al predio de la Agrupación Gaucha Cacique Angaco donde se realizó la fiesta. Es que madrugaron junto a sus familias para llegar temprano al lugar, pero sólo durmieron unos pocos minutos. Los organizadores del evento, al ver que el predio ya estaba casi repleto, decidieron comenzar con el espectáculo de destreza criolla antes de lo planificado.
A las 10 de la mañana ya varios jinetes de las diferentes agrupaciones participaron de la competencia de boleadoras y de salto al cuero ante el público entusiasta que con aplausos y silbidos alentó a los competidores, especialmente a quienes participaron en los primeros juegos y que desde las 8.30 ya tenían los caballos ensillados para competir.
Al mediodía, el humo y el olor a asado volvieron a inundar el predio. Esta vez fue el que los gauchos prepararon para almorzar en familia, mientras presenciaban el espectáculo de canto y danza.
La fiesta terminó con una de las actividades más esperada por la gente: la doma en la que los jinetes buscaron clasificar para el Festival de Jesús María 2013.

