La Misa Criolla es una obra para solitas, coro y orquesta, de base religiosa pero de raíces folclóricas, escrita por el pianista y folklorista Ariel Ramírez, quien se inspiró en lo que le contaban las monjas alemanas Elizabeth y Regina Brückner, acerca de sus hazañas para proteger a prisioneros de un campo de concentración durante el nazismo.
Según alguna vez confesó Ramírez, el relato de las hermanas Brücker hizo que sintiera la necesidad de escribir "algo profundo, religioso, que honrara la vida, que involucrara a las personas más allá de sus creencias, de su raza, de su color u origen. Que se refiriera al hombre, a su dignidad, al valor, a la libertad, al respeto del hombre relacionado a Dios, como su Creador”.
Así fue como en 1964 se grabó la versión original de la Misa Criolla, dirigida por Ramírez, cantada por el grupo Los Fronterizos e interpretada por Jaime Torres (en charango), Chango Farías Gómez (percusión), Raúl Barboza (acordeón), Luis Amaya (guitarra), y el coro de la Cantoría de la Basílica del Socorro con los arreglos del padre Jesús Gabriel Segade. En 1965 se presentó el disco: en la cara A del long play estaba esta obra de 5 movimientos: el Kyrie en ritmo de baguala, el Gloria como carnavalito, el Credo como chacarera trunca, el Sanctus como un carnaval cochambino y el Adnus Dei con estilo pampeano.
A partir de ese momento, la obra dio varias veces la vuelta al mundo y llegó a lugares inimaginables.
