La Pampa libra hace más de 50 años con Mendoza una guerra por el río Atuel, porque aluden que el desierto del Norte pampeano es producto del desvío de ese caudal aguas arriba, que se aprovecha para regadío de la producción mendocina. En 2008, Cristina Fernández firmó un convenio con los gobernadores de ambas provincias -Celso Jaque y Oscar Jorge- para la construcción de las obras hidráulicas que, según la promesa oficial, devolverían el agua a los pueblos pampeanos. El acuerdo recibió la rápida ratificación de la Legislatura pampeana, pero no de la mendocina. Desde el Gobierno nacional acusan por lo bajo al vicepresidente Julio Cobos de pedir a sus aliados que lo bloqueen. Estos últimos dicen que el acuerdo viola un fallo de la Corte Suprema de 1987 que excluiría taxativamente a La Pampa del manejo del río Atuel.
