A la hora de pensar en los principales depredadores de las palomas, es común acordarse de los halcones, los búhos o los gatos domésticos. Para frenar el avance de las palomas, la Asociación Argentina de Cetrería (AAC) sugiere un método ecológico consistente en la utilización de técnicas dispersivas que no dañan a las aves, obligándolas a trasladarse a otras zonas. Para ello se utilizarán halcones especialmente entrenados, que volándolos periódicamente sobre las zonas afectadas establecerán una fuerte presencia intimidatoria, obligando a las aves a migrar a zonas más seguras donde alimentarse o nidificar. “Nuestro método es considerado en el mundo como el más eficaz y duradero control ecológico de plagas aviarias. Superando ampliamente los métodos dispersivos de ultrasonido o similares, a los cuales finalmente las aves terminan acostumbrándose”, afirman desde la AAC. Los halcones establecen cambios conductuales en las aves que los consideran sus predadores naturales, manteniendo un patrón intimidatorio por siempre.