Durante 14 horas, 15 personas permanecían trabajando en una rotisería, encerradas con llave y en condiciones insalubres. Así fueron encontrados por los miembros de la Subsecretaría de Trabajo y del Sindicato de los Gastronómicos durante un allanamiento en el comercio “¡Ké Bueno!”, de Capital. Allí, la gente realizaba tareas en negro, es decir, sin estar inscriptos ni amparados por las normativas establecidas para los trabajadores.

El operativo se realizó ayer por la mañana, en el local ubicado en Villa América. Según el titular de la Unión de Trabajadores de Turismo, Hoteleros y Gastronómicos de la provincia, Juan Carlos Hierrezuelo, “las personas eran obligadas a trabajar de las 9 a las 23 y sólo les pagaban 15 pesos por jornada. Las condiciones higiénicas eran precarias y el edificio no tenía ni salida de emergencia”. Sumado a eso, cuando se realizó la inspección encontraron que 2 de los trabajadores eran menores de edad, tenían sólo 14 y 16 años.

Durante el operativo llegó al lugar el dueño de la rotisería, Alfredo Bueno, quien, a diferencia de lo que dijeron los trabajadores, aseguró que lo que les abonaba era 15 pesos por hora. Y explicó que “las puertas están cerradas por precaución”. En cuanto al trabajo de los menores comentó que “los chicos me pidieron trabajar unas horas para ganar unos pesos. Lo que sí puedo afirmar es que no están en libros, porque no les he renovado el contrato y hace poco que están trabajando”.