Lo que menos importó ayer a la hora de participar de la carrera, fue si el atleta tenía pañales o todavía usaba biberón. Y a pesar que muchos de ellos ni siquiera podían caminar solos o todavía tomaban la teta, fueron los participantes que más llamaron la atención de la carrera aventura que organizó la Municipalidad de la Capital y que se llama Aventura Urbana. Es que este año, la categoría Padre-Hijos arrasó como un ventarrón. La cifra de participantes resultó ser un récord ya que fueron unos 150 padres los que participaron con sus niños de todas las edades. Recorrieron la ciudad, transpiraron la camiseta, pero también aprendieron.
Atravesar el centro sanjuanino empujando un changuito y trotando, fue un verdadero desafío. Tan complicado como el que tuvieron que enfrentar los atletas que subieron los cinco pisos del Centro Cívico después de trotar 12 kilómetros por el asfalto caliente. Las mamás tuvieron que hacer malabarismos para cruzar las calles, esquivar los autos y treparse por las veredas. Mientras que algunos papás se animaron a llevar a sus bebés en mochilas colocadas sobre el pecho. Fue el caso de Sergio Vera que cargó a su beba Guadalupe de 8 meses. Para ellos esta no fue la primera vez que participan de una maratón, ya que debutaron para la que se realizó en junio pasado, para la Fundación de San Juan. "Quiero que mi hijo empiece a vivir este mundo desde chiquito, es por eso que decidí participar con él", dijo Daniela Pinardi, la periodista que participó de la carrera con su hijo León Flores, de 6 meses, mientras que su papá Cristian corría detrás de ellos tomándoles fotos.
Este año la carrera arrancó y terminó en el Centro Cultural San Martín. Hubo 10 bebés inscriptos que se sumaron a los casi 200 niños de hasta 13 años, que acompañaron a sus padres y madres. Hasta familias completas se animaron a trotar, como fue el caso de los Grafiggna Van Derhorst, que con sus tres chiquitos a cuesta, pasaron por la Casa de Sarmiento, llegaron hasta DIARIO DE CUYO, donde tuvieron que averiguar la fecha de su fundación y hasta tuvieron que hacer una parada en el Kilómetro Cero que está en la plaza 25 de Mayo, para indagar cuándo había sido colocado el hito en ese lugar. Todo esto lo tuvieron que hacer porque la consigna de este año no sólo fue correr por el cemento. Además padres e hijos tenían que aprender sobre datos históricos y dejarlos registrados en los pasaportes, que fueron sellados en cada posta. En esta categoría todos fueron ganadores y cada niño recibió su medalla. En el final del encuentro, hubo mucha fruta, agua y sorteos.

