Las pasadas constantes de los patrulleros para pedir que se vayan y, en algunos casos, la intervención de los efectivos para demorar a los malabaristas hizo que los artistas callejeros que ganan propinas en los semáforos la piensen dos veces antes de hacer sus presentaciones. Es que un grupo de estos malabaristas dijo que la Policía inició un fuerte control y denunció que no los deja trabajar. Por su parte, desde la Fuerza informaron que se trata de procedimientos de prevención y por cuestiones de seguridad, que siguen por disposiciones municipales.
Según Paula Torres, vocera de una decena de malabaristas, los problemas para los artistas empezaron hace poco más de un mes. ‘Nos dijeron que ya no podíamos trabajar en los semáforos y nos pidieron que nos fuéramos. Si buscábamos otro semáforo, volvían a pasar los patrulleros y algunos chicos terminaron demorados hasta 15 horas en las comisarías, supuestamente por disturbios en la vía pública’, señaló Torres.
Según contaron, los malabaristas de los semáforos que trabajan habitualmente son aproximadamente 10 (el número varía de acuerdo a sus otros trabajos o si llegan artistas de otras provincias) y se presentan habitualmente en los semáforos de Rioja y Libertador, Libertador y Urquiza, Libertador y Salta (en Capital) o en Yrigoyen frente a la plaza de Santa Lucía. De acuerdo al grupo, la mayoría realiza esta actividad para ayudarse en los estudios y que en una buena jornada, pueden llegar a sacar unos 50 pesos por día.
‘Nosotros no molestamos a nadie, lo hacemos porque necesitamos la plata y la gente sabe que no obligamos a nadie a que nos dé una moneda. No entendemos por qué ya no nos dejan trabajar’, agregó Torres.
Por su parte, desde la Policía reconocieron que empezaron a controlar la actividad y que lo hacen por cuestiones de seguridad. Las fuentes indicaron que la acción de los malabaristas en los semáforos, los cuidacoches y los lavacoches ahora son más vigiladas luego de una serie de robos, hurtos y arrebatos en las zonas donde trabajan, que generaron pedidos municipales (no ordenanzas) de un mayor control. Y aclararon que hicieron demoras de malabaristas por averiguación de antecedentes y no por disturbios en la vía pública. Por su parte, pese a los intentos, no fue posible contactarse con las autoridades municipales de Capital y Santa Lucía.
La presentación de los malabaristas en los semáforos fue una modalidad que ganó fuerza en los primeros años de la década pasada, al punto que se convirtieron en parte del paisaje urbano en varias esquinas. Pero con el tiempo, el fenómeno luego perdió intensidad.