"Vamos a terminar con los dirigentes que utilizan la función pública para amasar fortunas mientras el pueblo sigue acrecentando su pobreza, con chicos desnutridos y los abuelos cobrando una miseria". Así define el espíritu de su propuesta Mary Garrido, la precandidata a gobernadora que lleva la Nueva Izquierda para la contienda electoral de este año. Es la única mujer que pelea por el cargo y en su espacio cuenta con consenso pleno, por lo que no tendrá rivales internos para las primarias del próximo mes.

La fuerza política de Garrido no pudo ponerse de acuerdo con el Partido del Trabajo y el Pueblo (PTP), que postula a Alberto Agüero dentro del Frente Progresista, para que la Izquierda unifique su oferta electoral para las generales de octubre. Tanto ella como su rival lo lamentaron en su momento, porque dividirán votos en las urnas.

Es la primera vez que la dirigente se pone a consideración de los sanjuaninos para llegar al sillón de Sarmiento, pero tiene experiencia en esto de formar parte de una boleta. En distintas elecciones se postuló para ser diputada nacional, intendenta de Rivadavia y en 2011, fue la compañera de fórmula de Carlos Navas en el Frente Opositor en la batalla por la Gobernación. 

Siempre prometió medidas para favorecer a los trabajadores y esta vez no es la excepción. "Nunca iría en contra de la clase obrera", sostuvo, al tiempo que insistió en su idea de "desechar los privilegios para funcionarios, deben ganar lo mismo que los trabajadores". Entre las medidas que implementará si llega al poder, está la de realizar una consulta popular vinculante para los grandes temas de interés nacional y provincial y que los jueces, fiscales y los comisarios sean elegidos mediante el voto popular.

La Nueva Izquierda es uno de los partidos que va sin compañía a las urnas y no tendrá internas en ninguna de las categorías que se votan. En todos los casos, presentó listas y fórmulas únicas y los precandidatos se enfrentan en las PASO a un único desafío para poder competir en octubre, cuando se definirán los titulares de cada cargo: deben cosechar, al menos, el 1,5 por ciento de los sufragios.