La endeble seguridad en el edificio de tribunales volvió a quedar en evidencia el pasado 3 de este mes, cuando una mujer y su hijo agredieron -hasta con una arma blanca- al reo Ezequiel Amado (21), al lado de un juez y en el pasillo principal de la sede de Justicia. El preso estaba siendo juzgado por homicidio y quienes los agredieron quisieron tomar venganza por la víctima. Este hecho disparó las críticas acerca de las fallas de seguridad en todo el edificio y trajo a la memoria la toma de rehenes ocurrida en ese mismo lugar, el 17 de abril de 2001. Aquella vez, tres presos tomaron a cuatro policías y se atrincheraron armados en la sede de Justicia durante 11 horas hasta que se entregaron.

Ahora, fue la fuga del lunes último protagonizada por Daniel Sosa Sánchez de la puerta de tribunales, que se suma a otras evasiones anteriores del interior del edificio.