Con una sonrisa de oreja a oreja, multiplicándose para responder tantos saludos y felicitaciones, y todo mientras hablaba con los medios. Willy Lucero volvió al triunfo y no ocultó su alegría.

-¿Qué significa esta victoria tras un año de sequía?

-La verdad que fue algo muy emotivo. Venía buscando un triunfo todos los domingos; le pedía a Dios que me ayudara, pero por una u otra causa se me venía negando. Por suerte se me dio en la última oportunidad que tenía. Por eso quiero agradecer a toda la gente que me apoyó, especialmente en los momentos más difíciles.

-¿Cuál era el plan de carrera?

-Salir a buscarla desde el principio. Y cuando se dio la última fuga, lo primero que le dije al Turco Julio (su compañero de equipo) fue que se agachara la cabeza y no dejara de pedalear, porque me sentía muy bien y me tenía mucha fe para la parte final. El es un compañero de ley, confió en mi y por suerte le pude responder.

-¿Cómo fue el embalaje?

-Le tenía miedo al ataque de (Andrés) Solera, porque siempre pega primero. Y así fue, porque me sorprendió. Pero lo salí a buscar, lo conecté y pude aguantar el sprint. Sabía que me se tenía que dar, aunque fuera en la última fecha. Como que no me va a quedar la espina por todo un año.